¿Será que la secuela del éxito de 2015 regresará a Pixar a su gloria financiera y creativa?
Pixar está en el ojo del huracán, principalmente por dos razones particulares de su contexto.
En primer lugar, la casa de ideas, la cual tuvo épocas de gloria en cuanto animación se refiere, trayéndonos joya tras joya cinematográfica como Buscando a Nemo, Los Increíbles y Ratatouille, entre muchas, muchas otras, no está obteniendo los números que esperaba.
Desde la innecesaria, pero exitosa, Toy Story 4, que obtuvo más de un billón de dólares en taquilla, la compañía no ha logrado compensar los gastos de sus producciones, en parte gracias a la lamentable pandemia, que la obligó a tres de sus largometrajes directamente en Disney+: Soul, Luca y Turning Red.
Sin embargo, el regreso de las salas de cine tampoco fue de gran ayuda: ni la mediocre precuela Lightyear ni para la divisiva nueva producción Eternal obtuvieron grandes resultados. Entonces, si ni lo nuevo ni lo viejo aporta dinero, ¿a dónde deben ir?
En otra frontera, hasta el momento este verano está siendo brutal para las películas veraniegas, porque Furiosa, pese a ser una gran y épica cinta de acción, no ha marcado el paso tanto como se esperaba y Marvel está guardando su as bajo la manga, Deadpool & Wolverine, para julio.
¿Será que Intensa Mente 2 convencerá a la crítica y a la audiencia, en busca de grandes películas que se conviertan en clásicos como los de antes? ¿Será el primer éxito taquillero del verano?
Esta es la secuela de la exitosa cinta de Pete Docter —quien ahora lidera la empresa— sobre una niña que sufre una crisis emocional cuando se muda a San Francisco, y el viaje de sus emociones para hacerla estar en paz con lo sucedido. Estrenada en 2015, la producción original cautivó al público y a la crítica por su corazón y su ingenio. Ahora volvemos con Riley, pasando por la adolescencia, la cual trae consigo, por supuesto, nuevas emociones.
La verdad su concepto llama bastante la atención, y a diferencia de otras franquicias como Buscando a Dory, esta es de las pocas con un potencial inmenso. Sin embargo, parece que los comentarios han sido mucho más variados sobre la segunda parte en comparación con la calidad de la primera entrega hasta ahora.
En cuanto a estatus de clásicos se refiere, ninguna secuela de Pixar se ha equiparado a su original, excepto por la trilogía de Toy Story —la cuarta entrega, aunque divertida, no añadió mucho—.
Y la estrategia de Pixar promete mucho más franquicias o “nuevas ideas con potencial de franquicias”. Sus siguientes estrenos son Elio, una cinta original, y Toy Story 5 —¿en serio?—.
Habrá que ver si con Intensa Mente 2 esa apuesta es la correcta. Pero parece que Pixar nunca volverá a sus años de gloria.
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