En la cumbre de paz celebrada en Burgenstock, Suiza, líderes de 92 países reafirmaron su apoyo a la independencia y soberanía de Ucrania, instando al diálogo con Moscú para cesar las hostilidades. Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, destacó que Rusia y sus dirigentes “no están preparados para una paz justa”, reiterando que Ucrania sólo negociará si Rusia se retira de su territorio.
La cumbre, que no contó con la participación de Rusia ni China, culminó con la firma de la declaración final de 80 de los 92 países presentes. Entre los países que no firmaron destacan Brasil, India y Sudáfrica que forman parte, junto a los ausentes, del grupo de economías emergentes, conocidos como los BRICS. México tampoco firmó el documento.
La presidenta suiza, Viola Amherd, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacaron las dificultades para incluir a Rusia en el proceso de paz y la falta de seriedad de Putin para detener la guerra. Además, el presidente chileno, Gabriel Boric, enfatizó la importancia del respeto al derecho internacional y los derechos humanos.
China decidió no participar en la cumbre ante la ausencia de Rusia. Sin embargo, Zelenski afirmó que Ucrania no era “enemiga” de China, al contestar a una pregunta sobre sus relaciones con Pekín.
Por su parte, Putin planteó el viernes unas condiciones que Kiev considera inaceptables para iniciar las negociaciones, que equivaldrían a una rendición y a abandonar territorios reconocidos como parte de Ucrania por la comunidad internacional.
Zelenski anunció una segunda cumbre de paz y expresó su deseo de presentar una propuesta de paz a Moscú. Durante la cumbre, se formaron grupos de trabajo sobre seguridad nuclear, asuntos humanitarios, seguridad alimentaria y libertad de navegación en el mar Negro. La declaración final exigió, finalmente, que Ucrania recupere el control de la central nuclear de Zaporiyia para evitar una catástrofe nuclear, según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).