Para enfrentar la crisis hídrica a nivel local y federal es necesaria la creación de una agenda a largo plazo que priorice políticas para atender la problemática, así como acciones que vayan más allá de un sexenio y que involucre a la población, destacaron especialistas.
Integrantes del Consejo Consultivo del Agua hicieron un llamado para sumar esfuerzos para enfrentar la problemática y reiteraron su disposición de colaborar junto a los distintos niveles de gobierno.
“Veamos al país como uno solo, los retos y desafíos; 130 millones de habitantes estamos pasando por una crisis muy grave”, expresó Raúl Rodríguez, presidente del Consejo Consultivo del Agua.
Los especialistas exhortaron a los próximos gobiernos a tomar acciones decisivas, principalmente invertir en la reparación de fugas y el reforzamiento de organismos operadores en el tratamiento del agua, ya que de las cerca de 4 mil plantas de tratamiento en el país, casi la mitad se encuentran en desuso, algunas por falta de presupuesto.
Pidieron generar adecuaciones al marco jurídico para tener una certeza que privilegie el agua para consumo doméstico y que a su vez garantice el recurso para inversión privada, la cual, dijeron, detona el crecimiento económico.
Los expertos reconocieron el interés de los actores políticos para implementar acciones que atiendan la crisis, sin embargo, reiteraron la importancia de un plan a largo plazo que vaya más allá de un sexenio, y que sea incluso a 50 años.
Alertaron que de las 210 presas principales que hay en el país, actualmente 157 presentan niveles de almacenamiento menores al 50 por ciento.
El director ejecutivo de Agua Capital, Eduardo Vázquez, señaló que la sequía en el Valle De México revela la magnitud del problema, ya que se relaciona con la fuente principal de abastecimiento, el Sistema Lerma-Cutzamala.
Agregó que ningún programa de gobierno será viable si no se aborda como una agenda a nivel alcaldía, entidad y nacional.
La directora general de la Asociación Nacional de Entidades de Agua y Saneamiento, Patricia Hernández, expuso que la disponibilidad del agua ha disminuido drásticamente, ya que en 1960 había 10 mil metros cúbicos por habitante al año y ahora sólo son 3 mil.