Las autoridades canadienses anunciaron ayer planes para aumentar aranceles a los vehículos eléctricos y baterías fabricados en China, en línea con decisiones similares de Estados Unidos y la Unión Europea.
El sector automotor de Canadá “enfrenta competencia desleal a partir de una política intencional de (desarrollar) sobrecapacidad (de producción) decidida por el Estado (chino), que está perjudicando el sector de vehículos eléctricos en Canadá y su habilidad para competir en el mercado doméstico y global”, sostuvo la viceprimera ministra Chrystia Freeland en una conferencia de prensa.
“Los fabricantes chinos están deliberadamente generando una sobreoferta global que perjudica a los fabricantes de vehículos eléctricos en todo el mundo”, sostuvo.
Una consulta durante 30 días con la industria y los sindicatos comenzará el 2 de julio en relación a potenciales acciones para combatir esta situación, como una sobretasa de importación a los vehículos eléctricos chinos, o que estas unidades no sean elegibles para subsidios federales.
Freeland sostuvo que el gobierno busca “equilibrar el terreno, prevenir la sobreoferta y los trasbordos (de vehículos)”.