A dos días del primer debate presidencial, el aborto se ha convertido en un tema ineludible en el duelo electoral entre Donald Trump y Joe Biden, dos años después de que la Corte Suprema de Estados Unidos anulara el derecho constitucional a la interrupción del embarazo.
El 24 de junio de 2022, el tribunal, reformado durante el mandato presidencial de Trump, revocó la sentencia que garantizaba el derecho federal de las estadounidenses a abortar y dejó que cada estado legislara sobre la materia.
Ese mismo día, los primeros estados prohibieron el aborto en su territorio, por lo que ahora el país está dividido entre la veintena de estados que han decretado prohibiciones o restricciones, principalmente en el sur y el centro, y los costeros, que lo han consolidado o fortalecido.
La decisión de la Corte Suprema ha tenido repercusiones políticas: los conservadores han perdido casi todos los referendos o votaciones sobre el derecho al aborto, incluso en estados como Alabama y Kansas.
Los demócratas esperan que este tema les aporte votos, sobre todo entre las mujeres y los jóvenes, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
El presidente Biden, un católico practicante que durante mucho tiempo se ha mostrado prudente sobre el tema, se ha convertido en un defensor del derecho al aborto. “Donald Trump es el único responsable de esta pesadilla”, afirmó en un comunicado ayer.
Su equipo de campaña divulgó un clip en el que una mujer culpa a Trump de que le negaran un tratamiento en Luisiana después de un aborto espontáneo a las 11 semanas.
La compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, primera mujer en convertirse en vicepresidenta de Estados Unidos, recorre el país desde hace meses para movilizar a los demócratas sobre este asunto.
Según una encuesta de Fox News publicada el miércoles 19, el 47% de los votantes considera que el tema del aborto es “extremadamente importante” a la hora de decidir entre ambos.
Trump repite que la sentencia de la Corte Suprema fue posible gracias a los nombramientos de magistrados que él hizo, pero se muestra deliberadamente ambiguo sobre el tema.
“Deben seguir su corazón en este asunto, pero recuerden que también deben ganar elecciones”, dijo Trump en un video a principios de abril.
A modo de ejemplo, el candidato republicano no está haciendo campaña con la promesa, muy impopular, de prohibir el aborto en todo el país mediante una ley federal, como le gustaría a la derecha religiosa.
Por todo ello es muy probable que Biden ataque a su rival en este tema durante el primer debate entre ambos, previsto el jueves por la noche.