Los mexicanos en Estados Unidos cobraron conciencia de su poder luego de conocer los resultados de las elecciones. La gran ventaja entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, descubre que tienen un lugar importante en la historia contemporánea de México.
Los resultados de la elección en México reactivaron la esperanza que comenzó con el largo deambular por la política del líder de la Cuarta Transformación. La diferencia de votos no sólo otorga más fuerza a la nueva presidenta sino que convoca a fuerzas sociales que estaban fuera del proyecto por la distancia, la ubicación geográfica, apatía o simple desencanto de la política, a ser parte de la transformación. Se han dado cuenta que su voz vale y que su voto cuenta.
Adelina Nicholls, directora de la Alianza Latina por los Derechos Humanos de Georgia, señala, “para nosotros aquí en el exterior el triunfo de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta es histórico y abre oportunidades para muchas. Es la primera mandataria no sólo en los pasados 200 años, sino desde tiempos prehispánicos… Para todas nosotras es reivindicativo, representa la necesidad de esos cambios que se han venido solicitando y demandando, la necesidad de nuestras mujeres en igualdad de oportunidades. Estamos aquí, muy contentos. Y no es sólo que sea mujer, sino que es culta, muy comprometida, gente de izquierda, de lucha social. Y como decía mi amiga Jacinta algo que se presta para hacer una camiseta: las mujeres lloramos, pero también gobernamos”.
Esto ocurre, además a unos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, donde tienen derecho a voto millones de mexicanos residentes en el vecino país. Y su participación en las urnas puede decidir la elección. Sin embargo; hay quienes desde aquel lado de la frontera no advierten la fuerza de los mexicanos y provocaron que millones de paisanos exigieran participar, de manera directa, en el gobierno de la 4T y en la política de Morena.
Porque el exsecretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo impulsó y aceleró la petición de unidad de fuerzas en defensa del partido en el poder y del movimiento en el poder.
Así, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que algunos funcionarios de Estados Unidos “se quedaron anclados en la época de la doctrina Monroe de ‘América para los americanos’, entendiendo que América son ellos nada más”, porque el exfuncionario dio a conocer su punto de vista sobre la Reforma Judicial, según su pobre entender de la política mexicana, provocando que, desde territorio estadounidense, pueda defenderse y fortalecerse la 4T.
En este contexto, Nicholls, quien fuera compañera de lucha de Sheinbaum cuando eran estudiantes, formando parte del CEU, quiere encabezar este movimiento social, desde aquel lado de la frontera, con mexicanos residentes y una posición de abierta comunicación no sólo con Morena sino con la propia presidenta de México.
La lideresa comenta: “Venimos del mismo movimiento, de la misma universidad y afortunadamente, con la misma convicción”.
La repentina fuerza que comienza a cobrar la comunidad mexicana que es apoyada por el resto de los latinos que viven en Estados Unidos, se convierte en una especie de tercer partido en disputa por el poder en el vecino del norte.
Es hora de que haya más latinos, sobre todo mexicanos, en el Congreso estadounidense. Desde hace muchos años hay legisladores cubanos, por lo regular anticastristas y de ultraderecha. Ahora es necesario que en tiempos de elecciones se propongan y seleccionen a mexicanos para que puedan formar parte de las cámaras Alta y Baja.
La comunidad migrante mexicana en el sur de Estados Unidos, comenta Nicholls espera que la nueva presidenta atienda, entre otras inquietudes, “la reforma a toda la red consular, la cual no se adapta a las necesidades de las comunidades a las que sirve… No hay el entendimiento realmente de lo que es ser migrante, y eso sería fundamental. También está el asunto de la frontera, buscar mecanismos más humanos… frenar el maltrato, el abuso, todo lo que se está generando en las comunidades”.
Las reivindicaciones propias de los mexicanos como migrantes, unidas a los apoyos a su gobierno convierten a este grupo en una fuerza política, electoral e histórica.
PEGA Y CORRE. La oposición desconoce el camino para conformar un partido, que tarda varios años en concretarse, su camino hacia la refundación debió empezar desde hace semanas, pero todos siguen quejándose de que fueron víctimas de diferentes maltratos de parte de Morena, así, seguirán perdiendo elecciones. A trabajar, México requiere de una oposición sólida y seria… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.