Brenda Quevedo Cruz, implicada en el caso de secuestro de Hugo Alberto Wallace Miranda, obtuvo el pasado 24 de junio el resguardo domiciliario.
Después de 15 años en prisión preventiva, Quevedo Cruz salió del Centro Federal de Readaptación Social número 16 para continuar con su proceso en arraigo domiciliario, cambio ordenado por un juez de la Ciudad de México.
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El juez validó los argumentos de la defensa, asegurando que pasar 15 años privada de su libertad, sin obtener sentencia, era un exceso y que durante su detención Quevedo habría sufrido tortura sexual.
La implicada, que actualmente tiene 41 años de edad, deberá portar permanentemente un localizador, no podrá salir de la capital sin previo permiso y tiene prohibido abandonar el país.
Brenda fue aprehendida en 2005 por su presunta participación en el secuestro y homicidio del hijo de la activista Isabel Miranda de Wallace y aún no ha sido sentenciada por los delitos que se le acusan.
Desde su aprehensión, Quevedo ha estado recluida en cárceles como las Islas Marías, Santiaguito en Morelos y la última, en 2018, fue el Cefereso 16, en donde se presume que no recibía el trato ni la atención médica adecuada.
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De acuerdo con Sofía Robina, abogada de la Defensoría Pública Federal, no existe ninguna razón para que Brenda Quevedo continúe librando encerrada su proceso, pero tendrá ciertas restricciones entre las que se encuentra no acercarse a la víctima, en este caso a Isabel Miranda.
Personal de la fiscalía general de la República fue la encargada de trasladar a la detenida al domicilio en el que vivirá lo que dure su proceso de sentencia, mismo que se encuentra en la Ciudad de México y pertenece a su familia.