Varias naciones y organizaciones condenan el golpe de estado en Bolivia
Captura de pantalla | Tanquetas y tropas ocuparon la Plaza Murillo en el centro de la capital boliviana.  

A las 14:57 horas (tiempo local), el presidente boliviano Luis Arce denunció a través de su cuenta en la red social X “movilizaciones irregulares” de militares, justo cuando tropas y tanques se concentraban frente a la sede del gobierno en La Paz.

Minutos después, el expresidente Evo Morales publicó las primeras imágenes de un contingente militar ordenadamente desplegado por las calles. Morales, el primer presidente aymara de esa nación, llamó a “los movimientos sociales del campo y la ciudad a defender la democracia”.

Tanquetas y tropas ocuparon la Plaza Murillo en el centro de la capital boliviana, donde se encuentra la sede presidencial. Una tanqueta intentó derribar una puerta metálica del palacio presidencial, y posteriormente ingresó el general Juan José Zúñiga, comandante del Ejército, quien anunció “un nuevo gabinete” y expresó que “el país no puede seguir así”.

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En una entrevista con un canal de televisión el lunes, el jefe del Ejército aseguró que detendría a Morales si intenta postularse nuevamente a la presidencia en las elecciones de 2025, a pesar de haber sido inhabilitado por la justicia electoral.

La Organización de los Estados Americanos (OEA), que celebra su 54ª Asamblea General en Asunción, Paraguay, fue una de las primeras organizaciones en pronunciarse sobre los acontecimientos en Bolivia. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, manifestó su solidaridad con el Gobierno democrático de Bolivia y condenó las acciones del ejército boliviano.

Poco después, Xiomara Castro, presidenta de Honduras, convocó “urgentemente a los presidentes de los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para condenar el fascismo que atenta contra la democracia en Bolivia”.

Desde México, el presidente López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum condenaron enérgicamente los hechos, mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala expresó su “solidaridad con el presidente Luis Arce, su gobierno y el pueblo boliviano”.

Cuba y Venezuela también se manifestaron tempranamente sobre los hechos. El presidente cubano Miguel Díaz-Canel calificó el acto como “un atropello a la democracia y al pueblo boliviano”, y Nicolás Maduro desde una reunión de gobierno llamó “a todo el pueblo boliviano a defender su democracia”.

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Otros países sudamericanos como Paraguay, cuyo presidente Santiago Peña recientemente firmó un acuerdo bilateral con el presidente Arce, condenaron los hechos. También se unieron a la condena el presidente chileno Gabriel Boric y la Cancillería de Uruguay, a través de X. El presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva reafirmó la posición de Brasil “como amante de la democracia” y deseó que prevalezca en toda América Latina.

Finalmente, desde Europa, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez hizo “un llamamiento al respeto por la democracia y el estado de derecho”, mientras que el alto representante de Asuntos Exteriores y Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, afirmó que “la Unión Europea condena cualquier intento de quebrantar el orden constitucional en Bolivia y derrocar a gobiernos elegidos democráticamente”.

LEO