El periodista estadounidense Evan Gershkovich, detenido en Rusia desde hace 15 meses por cargos de espionaje que él niega, compareció ayer ante un tribunal de Ekaterimburgo en el primer día de su juicio, que se celebra a puerta cerrada.
Gershkovich, de 32 años, fue arrestado en marzo de 2023 por los servicios de seguridad rusos (FSB) y se convirtió en el primer periodista occidental desde la época soviética acusado de espionaje en ese país.
Apareció en un cubículo transparente en el tribunal regional de Sverdlovsk con la cabeza rapada y con una camisa oscura a cuadros. Sonrió y saludó a algunos colegas.
La prensa acreditada tuvo acceso a la sala antes del inicio del juicio, que se celebra a puerta cerrada.
Una portavoz del tribunal, Irina Toshcheva, indicó que la próxima audiencia se celebrará el 13 de agosto y que no se permitirá a la prensa filmar de nuevo al periodista antes de que se anuncie el veredicto, en una fecha aún indeterminada.
El servicio de prensa del servicio federal de prisiones (FSIN) se negó a indicar dónde permanecerá detenido Gershkovich, hasta ahora en prisión preventiva en Moscú, a 1.400 km de Ekaterimburgo.
En tanto, la Casa Blanca calificó el proceso como una farsa y reiteró que Gershkovich “nunca ha trabajado para el Gobierno estadounidense y que no es un espía y que nunca debió ser detenido”.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, indicó que Washington “seguirá haciendo todo lo posible” para liberar al periodista.
Mientras que la embajada estadounidense en Moscú dijo que sus representantes habían podido asistir a parte de la audiencia el miércoles.
“Durante este período de tiempo, las autoridades rusas no han presentado ninguna prueba que corrobore las acusaciones”, dijo.
Además, criticó que es caso es usado como “moneda de cambio” por Rusia “para lograr objetivos políticos”.
Gershkovich, que también trabajó para la AFP en Moscú en 2020 y 2021 y se enfrenta a hasta 20 años de prisión, está acusado de haber recopilado información confidencial en nombre de la CIA sobre uno de los principales fabricantes de armas del país.
Gershkovich, su periódico y sus familiares rechazan estas acusaciones, al igual que el gobierno de Estados Unidos, que creen que Rusia ha montado el caso para canjear al periodista por varios rusos detenidos en países occidentales.
“Es indignante verlo en un tribunal para un juicio amañado, que se lleva a cabo en secreto y se basa en acusaciones totalmente inventadas”, declararon el miércoles en un comunicado los directivos del Wall Street Journal, Almar Latour y Emma Tucker.