Labor. Este refugio que está en la alcaldía Azcapotzalco brinda servicios médicos y atención psicológica a personas portadoras de VIH desde hace 38 años.
Foto: Andrea Cervantes | Labor. Este refugio que está en la alcaldía Azcapotzalco brinda servicios médicos y atención psicológica a personas portadoras de VIH desde hace 38 años.  

Nieves Rion lleva 38 años en la lucha contra la discriminación, los estigmas e ignorancia sobre una enfermedad; Carlos García tiene varios años de sobrevivir al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), ellos sirven en La Casa de la Sal, lugar donde se atiende y ayuda a las personas que enfrentan esta condición.

“El reto que tenemos, para mí el más grande, es el estigma y la discriminación y sumaría ignorancia”, explicó, en entrevista para 24 HORAS, la directora general de La Casa de la Sal, Nieves Rion.

Más allá de las comunidades con acceso limitado a la información, existen las personas en zonas urbanizadas que no quieren saber nada sobre la enfermedad.

Prueba de la ignorancia, abundó, es el manejo del vocabulario, pues señalan que el VIH se “contagia” cuando el virus realmente se “transmite”, un aspecto que repercute en temas de discriminación porque nade se puede contagiar por convivir con un portador.

Rion explicó que el nombre viene de buscar que quienes acuden por sus servicios se sientan como en un hogar, mientras que la sal es un símbolo que representa la conservación de la esencia de cada persona.

Carlos García, coordinador de comunicación de La Casa de la Sal y persona diagnosticada, subrayó que sólo existen cinco formas de transmisión, que son los fluidos: en el caso de los hombres el líquido preeyaculatorio y el semen; en el de las mujeres los fluidos vaginales y la leche materna; mientras que por ambos es a través de la sangre, por lo que la saliva, el sudor, las lágrimas y cualquier otro fluido no representan posibilidades de transmisión.

Las únicas tres formas de transmitirlo es durante el sexo, sea oral, vaginal o anal; por la sangre al compartir jeringas o al hacerse tatuajes; y de forma perinatal durante el embarazo, parto o lactancia”, aclaró.

Carlos García, quien es el encargado de llevar la vocería de este refugio dijo, que en esta lucha contra el virus que paralizó al mundo desde 1982 se requiere del apoyo de toda la sociedad.

Desde alzar la voz y apoyar con obras o recursos, tomar en conciencia que esta enfermedad no es exclusiva de la comunidad LGBTQ+, cualquier persona puede adquirir el virus y es necesario estar informado para estar protegido, afirmó.

Nieves Rion abrió a este medio las puertas de La Casa de la Sal para compartir las acciones que a diario realizan para ayudar a quienes viven con esta enfermedad, así como a sus familias.

También lo mandan con atención, seguimiento y tratamiento a mujeres embarazadas con diagnósticos de VIH para evitar que sus hijos e hijas al nacer tengan el virus, destacando que en 20 años de este servicio han garantizado que el 100 por ciento de los bebés nazcan sin presentar la condición.

Nieves Rion señaló que otra deuda que existe es que la sociedad entienda que este virus no es exclusivo de la comunidad LGBT+, pues ninguna persona está exenta de adquirirlo; en este sentido, también es importante reconocer que las personas con VIH cuentan con los mismos derechos que cualquier otra.