Bandera trans
 

Hay quienes todavía piensan que los niños deben vestir en color azul y las niñas en rosa, que el enojo es un sentimiento propio de lo masculino y que el llanto de lo femenino, esto a partir de los estigmas, estándares o roles sociales que siguen clasificando a las personas según su género, emociones, colores o incluso  juguetes. 

La ruptura de estos estereotipos evoca a una lucha a la que se enfrentan las infancias trans, quienes cada vez son más visibilizadas, a pesar de un reciente reconocimiento de su identidad de género.  

Fue apenas en 2022 que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) reconoció a las infancias trans y a sus derechos al declarar inconstitucional la exigencia de tener 18 años cumplidos para solicitar una nueva acta de nacimiento que reconozca su identidad de género. 

Pese a ello, no en todas las entidades ha sido accesible al ejercicio de este derecho, sin embargo, Baja California, Baja California Sur, Estado de México, Jalisco,CDMX, Oaxaca y Sonora,son algunos de los estados que han avanzado en el reconocimiento de las infancias y adolescencias trans.  

En entrevista para Diario 24 Horas, Jennifer Blanco, Directora Ejecutiva de la Asociación por las Infancias Transgénero -organización mexicana que nació en 2018- , comentó que en los estados que permiten a los, las y les niñes solicitar el cambio de género en su acta de nacimiento es posible hacerlo a partir de los 12 años -en compañía de su tutor legal- mientras que en otros se hace hasta los 18 años.  

Jennifer afirma que se tiene una visión “adultocentrista”, la cual considera que toda persona que no ha alcanzado la mayoría de edad es incapaz de reconocer o nombrar su identidad de género, sin embargo, es en la primera infancia, donde se descubre la forma de reconocerse.

“Muchas veces creemos que una infancia no se puede nombrar, no puede reconocer su identidad, pero a partir de los 18 meses de edad una infancia empieza a reconocerse, incluso cuando se miran en un espejo, ven que esa es la persona que esta… Una infancia regularmente no va a decir “soy una infancia trans”, porque muchas veces ni las personas adultas conocemos sobre identidad de género, pero sí pueden irlo expresando como un deseo, como: yo quisiera ser un niño- niña, a mí me gustaría haber nacido… o yo cuando crezca quisiera ser. Así es como lo van nombrando, porque realmente a esa edad están defendiendo cuál es su género, se están reconociendo y por eso lo expresan como si fuera un deseo”.  

Apoyo y Aceptación 

El apoyo y la aceptación de la familiar y la comunidad son cruciales para el bienestar de las infancias, permitiendo que haya menos rechazo y discriminación. Hasta hace tres años, en un estudio publicado por el  INEGI, se mostró que el 27.2 % de la población LGBTI+ durante la infancia — hasta los 11 años— los hicieron sentir diferentes a las personas de su edad a causa de sus gustos o intereses.

Blanco así como Daniela De Gyves, Psicóloga en la Unidad de Salud Integral para Personas Trans- primer espacio diseñado para atender a poblaciones trans y no binarias en América Latina- aseveraron que la familia es importante para que las infancias no tengan miedo de poder ser/estar/desear y asumirse como quieran.  

“Como familia es importante apoyar desde el conocimiento, informándose con profesionales que saben del tema, para poder guiarlos[…] Es importante escuchar la experiencia de las infancias, que se cuente con un espacio amigable, de comprensión, empatía y amor, ya que se ha demostrado que muchos de los entornos violentos y de incomprensión no ayudan,lo que repercute en el desarrollo de la persona”, indicaron las especialistas. 

Transición social y Médica  

Por otro lado, en las infancias, lo que se trabaja para alcanzar un desarrollo pleno tras la decisión del cambio de identidad ante la “inconformidad” por la asignada biológicamente, es el acompañamiento social, esto para conocer cómo se desenvuelven y sienten las, los y les niñes en sus entornos sociales, cómo quieren manejar las pautas de su proceso, cómo quieren que les nombren, y cómo se sienten con la forma que eligen vestirse. 

Incluso pensado si en un futuro quieren someterse a un proceso de hormonas o quirúrgico para realizar una reasignación de género,pues si bien es una elección personal, aún hay muchas barreras sociales.

Ante ello, De Gyves señaló que en la Unidad de Salud Integral para Personas Trans, también se da acompañamiento paidopsiquiátrico, ya que las infancias y adolescencias pueden presentar una serie de padecimientos como la depresión o ansiedad. Asimismo, indicó que se lleva a cabo un seguimiento endocrinológico, para supervisar el desarrollo físico de las infancias,y así saber cómo viven estos procesos biológicos propios de la edad -pubertad- y cómo repercuten en su estado emocional. 

Pues es importante que haya claridad de todos los cambios a los que se enfrentarán. De igual manera, para detectar si hay factores de riesgo, que puedan obstruir el libre desarrollo e impedir infancias trans felices. 

Educación y Sensibilización 

Las especialistas comentaron que también es importante dar acompañamiento en el ámbito educativo, pues a pesar de los avances, la Secretaría de Educación Pública (SEP) no cuenta con un protocolo para atender a las infancias trans , que muchas veces dejan la escuela, principalmente en primaria y secundaria, tras incidencias de discriminación y bullying, a partir de que no se les respeta su identidad de género con la que se identifican. 

Sin embargo, Jennifer Blanco señaló que la SEP tiene algunos avances importantes en la guía operativa, donde se habla sobre el respeto de la identidad de género, pero se nombra como respeto a derechos humanos básicos. 

Ante ello, las organizaciones buscan abrir los temas de diversidad a través de  la Nueva Escuela Mexicana (NEM), no obstante, es importante tener un protocolo en la SEP ya que al no existir “se deja a criterio de quien dirija la escuela, personal directivo o docente, que decida si la infancia tiene derecho a tener una educación libre de discriminación”. 

“Imaginense ir todos los días a la escuela y que te estén violentando,que te estén llamando de una forma que no te corresponde, que te prohíban usar el uniforme escolar o el baño que te corresponde[…] No se les pide a las escuelas que modifiquen documentos oficiales, que corrijan un certificado o una boleta, únicamente que se le trate,socialice con el género que le corresponde y el nombre que está expresando el o la infante, ya sea en el aula, las dinámicas o actividades deportivas, ya que de no hacerlo, les niegan la experiencia educativa a la par que podría tener otra infancia que no pertenece a esta diversidad”. 

Los discursos de odio en un país que no respeta las decisiones ajenas 

Jennifer y Daniela enfatizaron que no es necesario que una persona trans  pase por un procedimiento médico para que se le reconozca y respete su identidad, pues es una decisión personal.

Lo importante es entender socialmente las realidades diferentes a las que nos acostumbraron, en este mundo “heteronormado”, donde solo era hombre o mujer, para así quitar del camino los discursos de odio, algunos utilizados por diputadas para difundir miedo, y hacer campañas que aparentan velar por intereses comunes, cuando no es cierto.

También es importante informarse y “‘cambiar el chip’ de cómo nos enseñaron a pensar el cuerpo, si como algo que nos pertenece o un cuerpo que es señalado o marginado por no cumplir con todos los mandatos del orden social de género”, puntualizó De Gyves.