A través de esta forma de entretenimiento, los usuarios buscan dar respuestas a la crisis ecológica
Foto: Especial | A través de esta forma de entretenimiento, los usuarios buscan dar respuestas a la crisis ecológica  

El sector gamer, propenso a aislarse en un mundo imaginario, intenta aportar respuestas a la crisis ecológica.

Lanzado en marzo de 2023 para ordenadores, el videojuego Terra Nil propone reconstruir un entorno degradado hasta hacer desaparecer toda huella humana, en lugar de los juegos cuyo objetivo es desarrollar una ciudad o un imperio.

“La finalidad era mostrar a los jugadores y a otros creadores que es posible crear un juego de estrategia sin explotar el medio ambiente”, afirmó Sam Alfred, de 30 años, uno de los creadores.

Terra Nil cuenta con más de 300 mil jugadores, según su distribuidor, la empresa estadounidense Devolver Digital.

El estudio sudafricano Free Lives presenta un videojuego en el que los protagonistas descontaminan una zona radiactiva con girasoles o construyen viveros de coral en la Gran Barrera australiana.

“Nuestros juegos intentan reproducir procesos reales, naturales o artificiales, de una manera divertida”, explica Sam Alfred. “Esto implica simplificarlos al extremo y tomar algunas libertades creativas”.

El realizador de ciudades virtuales Cities: Skylines introdujo en 2017 una extensión más ecológica del juego, Green Cities, y dos años más tarde el veterano de los juegos de estrategia Civilization VI, implementó por primera vez el cambio climático en sus partidas, lo que provocó la ira de algunos jugadores.

Green Cities polarizó sorprendentemente al público”, recuerda Mariina Hallikainen, directora general del estudio finlandés Colossal Order. “Nos acusaron de arruinar el juego mediante la politización”.

Para Benjamin Abraham, especialista en cuestiones ambientales en la industria de los videojuegos, aunque los títulos actuales reproducen cada vez mejores parámetros como el clima o el calentamiento global, sigue siendo muy difícil para los creadores incluir las decisiones a veces impredecibles de los humanos, como las opciones políticas.

Decididos a cambiar las cosas, varios creadores de videojuegos montaron en 2019 una división climática en la gran asociación internacional que los agrupa (International Game Developers Association, IGDA).

Arnaud Fayolle, director artístico de Ubisoft, es uno de los principales defensores de esta tendencia.

“Diseñadores, ustedes tienen un superpoder: pueden hablar con 3 mil millones de jugadores  y lograr que problemas complejos sean lúdicos y divertidos”, dijo Fayolle en marzo de 2023 a sus colegas durante una presentación en la gran cita Game Developers Conference de San Francisco.

Este “grupo del clima” reúne a cerca de mil 500 profesionales de la industria, profesores universitarios y especialistas en ecología y clima.

“La idea es generar un impacto cultural positivo en la estética, la narrativa, las mecánicas de juego y la tecnología”, detalla Arnaud Fayolle, a quien se define como un “eco ansioso”.

Según un estudio publicado en 2022 por el centro de investigación Yale Program on Climate Change Communication, el 70 por ciento de los jugadores estadounidenses encuestados se dicen preocupados por el calentamiento global.

También existen soluciones para disminuir la huella de carbono de una industria particularmente voraz en energía.

Algunos juegos proponen modos “eco”, que reducen el consumo eléctrico de las consolas y computadoras de los jugadores. 

 

SABÍAS QUE

Algunos de los videojuegos más populares se han sumado a esto, como Fortnite, pues recientemente se introdujo una actualización que baja la calidad de los gráficos, lo que permite ahorrar unos “73 GWh por año”, asegura su desarrollador Epic Games