Dentro de un proceso para transformar el servicio público y eliminar gastos superfluos, el gobierno de Hidalgo, a la fecha, ha rescatado dos espacios que anteriormente eran símbolo de privilegio y los excesos del poder.
El primer lugar recuperado, la denominada “Casa Blanca”, en el municipio de Huejutla, misma que, en anteriores gobiernos, era una lujosa residencia de descanso a la que únicamente tenían acceso los gobernadores y sus familias, y que, desde hace poco más de un año, fue remodelada y habilitada como Centro Cultural Regional de la Huasteca Hidalguense.
Bajo el nombre del talentoso y reconocido compositor hidalguense Nicandro Castillo, originario del municipio de Xochiatipan, este espacio hoy ofrece actividades y talleres artísticos, cuyo objetivo es preservar la identidad cultural de la región.
De igual forma, bajo la instrucción del gobernador, Julio Menchaca Salazar, se llevó a cabo la transformación de la denominada “Casa de Gobierno”, en la ciudad de Pachuca. Una residencia que contaba con espacios deportivos, baños automatizados, jacuzzis, entre otros lujos, cuyo mantenimiento se hacía con dinero público.
Este lugar fue habitado por 14 gobernadores, y luego de 63 años de existencia fue devuelta a los hidalguenses, significando un ahorro cercano al millón de pesos mensuales que costaba su manutención; lo que Menchaca Salazar consideró en algún momento como una de las expresiones más dolorosas debido a las diferencias tan marcadas que existían entre el pueblo y la clases políticas de antaño.
Hasta ahora, la actual administración ha reintegrado al erario público al menos 19 bienes inmuebles, que están destinados a ser parte de los espacios devueltos al pueblo o bien, que serán aprovechados como oficinas gubernamentales y que permitirán el ahorro de onerosas rentas.