A partir del primero de julio de 2024, Grecia implementó una nueva normativa laboral, la cual permite a los empresarios ampliar la jornada de trabajo de sus empleados a seis días y 48 horas.
En septiembre de 2023, la “Ley Georgiadis”, como se le conoce a la reforma, obtuvo el respaldo de 158 de los 300 diputados en el parlamento griego, principalmente del partido del primer ministro heleno, Kyriakos Mitsotakis.
La medida se dirigió únicamente a las empresas que operan de manera continua o que puedan justificar una carga de trabajo excesiva ante la Inspección de Trabajo.
Es por ello que sectores como turismo y hostelería, se excluyeron, debido a que cuentan con jornadas de seis días bajo condiciones especiales.
La medida establece que a los empleados que trabajen el sexto día se les pagará un 40 por ciento adicional, y si ese día es un festivo o domingo, recibirán un incremento del 115 por ciento.
Mitsotakis aseguró que “el núcleo de esta legislación” favorecerá a los trabajadores, y que su objetivo “está profundamente orientada al crecimiento“. Además de que las nuevas regulaciones protegerán contra el trabajo no declarado.
Ante la implantación, el descontento se avivó entre trabajadores y sindicatos. Desde la semana pasada, empleados del sector público como profesores, médicos y personal de transportes, se movilizaron en las principales ciudades de Grecia para mostrar su rechazo a la medida y recalcar que los derechos laborales deben primar sobre los derechos empresariales.
La oposición de dicha reforma contrasta con la tendencia en otros países de la Unión Europea, como Países Bajos con una jornada laboral promedio de 30.9 horas semanales, Austria con 33.6 horas, Dinamarca con 34.2 horas, Alemania con una jornada estándar de 34.5 horas, Bélgica con 34.8 horas, y Noruega con 33.3 horas semanales, dependiendo el sector y el convenio colectivo.