Venezuela y Estados Unidos acordaron “mejorar las relaciones” bilaterales tras la reanudación de un proceso de diálogo entre ambos países, informó este miércoles el jefe negociador de la delegación del presidente Nicolás Maduro.
Maduro, que aspira a una tercera reelección el 28 de julio, anunció sorpresivamente hace dos días la celebración de esta reunión, que se produce tres meses después del restablecimiento de sanciones al crudo venezolano por parte de Washington.
“Después de esta primera reunión acordamos: 1. La voluntad de ambos gobiernos de trabajar de forma conjunta para ganar confianza y mejorar las relaciones”, escribió Jorge Rodríguez, representante del gobierno venezolano en la red social X.
Y “mantener las comunicaciones de manera respetuosa y constructiva”, añadió.
Caracas y Washington sostuvieron negociaciones secretas entre funcionarios de alto rango a finales del año pasado en Catar, según anunció en su momento Rodríguez, que también preside el Parlamento. Los detalles de las conversaciones no trascendieron, pero culminaron con un canje de presos: Estados Unidos liberó a Alex Saab, señalado de ser testaferro de Maduro, y Venezuela a 28 reos, 10 estadounidenses y 18 venezolanos.
Maduro dijo el lunes que las conversaciones se reanudaron tras una propuesta de Estados Unidos que decidió aceptar luego de “pensarlo durante dos meses”.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo más temprano que Estados Unidos encaraba la reunión “de buena fe”.
“No tengo detalles específicos que compartir sobre el compromiso diplomático, pero sin duda lo acogemos de buena fe”, insistió.
“No será fácil”
La reunión fue virtual, precisó Rodríguez. Y sirvió para que Venezuela expresara “rechazo a las tergiversaciones que sobre este diálogo y de manera reiterada han publicado voceros del gobierno norteamericano”.
No entró en detalles, pero Washington ha sido muy crítica con la organización de las presidenciales y de los obstáculos que, según denuncia, la oficialista autoridad electoral ha puesto a la oposición para participar.
Venezuela y Estados Unidos no tienen relaciones diplomáticas desde 2019, luego de que la Casa Blanca desconociera la segunda reelección de Maduro un año antes, que tachó de fraudulenta.
Washington impuso una batería de sanciones con las que trató, sin éxito, de derrocar a Maduro. El paquete incluía un embargo petrolero, que fue flexibilizado en octubre como premio al acuerdo electoral alcanzado entre el gobierno de Maduro y la oposición.
Pero Washington echó atrás la medida en medio de críticas a la organización de las elecciones, incluida la inhabilitación política de la líder opositora María Corina Machado, favorita en las encuestas.
La oposición lanzó a Edmundo González Urrutia como sustituto para enfrentarse a Maduro en unas elecciones cargadas de incertidumbre.
La Casa Blanca además ha criticado las detenciones de opositores ocurridas en los últimos seis meses, que ya son 46 según la ONG Acceso a la Justicia, y la decisión de retirar la invitación a la UE a observar el proceso electoral presidenciales.
“Tenemos claro que el cambio democrático no será fácil y requiere un compromiso serio”, insistió Jean-Pierre. “Seguimos comprometidos a apoyar la voluntad del pueblo de Venezuela y un camino hacia nuestra gobernabilidad democrática a través de elecciones competitivas y también inclusivas”.
LDAV