¿De verdad tenemos tanto miedo a lo nuevo?

Illumination se lució, en 2010, cuando Mi Villano Favorito reinventó el género de los villanos en la animación, al presentar a Gru (Steve Carell), un profesional de la maldad cuyo objetivo principal era conquistar la Luna y su mayor obstáculo ser padre de tres tiernas niñas. Como descubrimos a lo largo de la cinta, Gru tiene buen corazón. Su conflicto estaba centrando en dejar su naturaleza de villanía para ser un padre. El resto se deja a la imaginación… a menos de que haya dinero de por medio.

La segunda cinta funcionó, aunque no al mismo nivel que la primera. La tercera fue innecesaria. Y luego, ¿quién pidió más Minions? Las adorables criaturas son excelentes en pequeñas dosis, pero… ¿darles su propia película? ¿Y luego una secuela? No.

Ahora, con Mi Villano Favorito 4, y su decepcionante puntuación de 55 por ciento en Rotten Tomatoes, se nos pone una amenaza fuerte a la mesa: ¿hasta cuándo las franquicias innecesarias morirán? ¿O será una pesadilla que nunca termina? Porque que existan más películas como esta no afecta la calidad del estudio o su reputación, si no el legado de sus antecesoras. El ejemplo más claro de este fenómeno fue la controversial decisión de Rian Johnson, director y escritor de Star Wars: The Last Jedi de volver a Luke apático sobre la orden Jedi, en lugar de ser el héroe ejemplar. Tal concepción de personaje arruinó para muchos admiradores a su consentido. Aunque no comparto esas quejas porque me pareció una decisión narrativa interesante que cambió e hizo crecer a su personaje, hay veces en donde es mejor no tocar lo que ya se concibe como perfecto. A veces es mejor dejar ir ciertas cosas… o por lo menos darle tiempo a las ideas de gestarse de manera natural. Intensa Mente 2, un monstruo en taquilla, está generando tanto revuelo porque se tomó el tiempo para construir una idea que maravillara a las audiencias, y la gente sí extrañaba a las emociones. Hay mucho que hacer con la exploración de la mente en diferentes etapas de vida, y poco con un villano con familia. Si Hollywood piensa continuar con su fórmula de franquicias, lo ideal sería hacerlo con la mentalidad de construir arcos de personaje o mundos con múltiples posibilidades, en lugar de forcejear el éxito. Es como si hubiera Barbie 2 en 2025. Aunque… no lo veo imposible.

 

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