La cifra total de muertos a causa de Beryl subió a 15 tras el fallecimiento de cinco personas en Estados Unidos, donde entró como huracán, causando inundaciones y destrozos, pero se degradó a depresión tropical.
En Texas, cuyas costas el huracán golpeó la madrugada de ayer, dos personas fallecieron por la caída de árboles en sus viviendas, según informó Ed González, sheriff del condado de Harris, jurisdicción a donde pertenece la ciudad de Houston.
El alcalde de Houston, John Whitmire, reportó otras dos muertes: una tras un incendio que pudo ser ocasionado por un rayo y la de un miembro civil de la Policía de Houston que quedó atrapado en una inundación mientras iba a trabajar.
En tanto, en el área de Benton, Luisiana, una residente murió después de que un árbol cayera sobre su casa, producto del paso de la tormenta, dijo una autoridad local.
En su ruta por el Caribe la semana pasada el fenómeno ya había ocasionado otras 10 víctimas: tres en Granada, donde tocó tierra el lunes; dos en San Vicente y las Granadinas, tres en Venezuela y dos en Jamaica.
Houston, una ciudad de 2.3 millones de habitantes y la más poblada de Texas, recibió lluvias intensas y ráfagas de viento. Múltiples inundaciones se registraban a lo largo de la ciudad.
Árboles caídos sobre vehículos o interrumpiendo caminos, vías inundadas con autos atrapados, postes de energía caídos, escombros y destrozos eran parte del devastador escenario que Beryl dejó a su paso.
Alertas de tornado se emitieron para sectores de Texas, Arkansas y Luisiana, que iban siendo desactivadas a medida que la tormenta avanzaba y perdía fuerza.
Beryl, que en sus inicios hace una semana llegó a ser un potente huracán con vientos de 250 km/h, se degradó a tormenta tropical el último viernes tras tocar tierra en la Riviera Maya de México, donde dejó daños materiales.