Testimonio. La única prueba que posee el escultor es una foto de la pieza sin terminar, antes de que le fuera robada hace 30 años.
Foto: Cortesía | Testimonio. La única prueba que posee el escultor es una foto de la pieza sin terminar, antes de que le fuera robada hace 30 años.  

Hijo del apodado escultor “el último de los huastecos”, Pitagoras Lobato Cobarruvias, acusa al Museo de Bellas Artes de Houston, por exhibir una escultura que le fue robada de su casa hace 30 años.

Originario de Tuxpan, Veracruz, licenciado en derecho, Pitagoras Lobato, refirió a este medio que demandará penalmente al Museo de Houston con el objetivo de que le devuelvan la escultura y se le pague una indemnización por la explotación de dicha figura.

Se trataría de dos réplicas de silbatos ceremoniales de la cultura huasteca, una de ellas localizada en el Museo de Bellas Artes de Houston, Texas. 

El descubrimiento de la pieza ocurrió una tarde que Pitágoras intentó subir algunas fotografías de la colección de 13 caracoles al que pertenece la figura, y que fueron tallados por él y su padre hace 40 años, cuando google le direccionó a la escultura.

Tras el hallazgo Lobato se comunicó de inmediato con el museo para saber cómo había llegado dicho silbato a sus instalaciones: “Fue una conversación por llamada y en la que ellos reconocieron que la pieza está ahí y que fue llevada por una persona de nombre Pedro Francisco Sánchez Nava, el ex director del Museo de Antropología de la Ciudad de México”, aseguró. 

Además refirió que el caracol se encuentra exhibido y catalogado como pieza milenaria, por lo que incluso “existe un fraude total por parte del Museo de Bellas Artes de Houston, ya que este no es una figura ceremonial original”, aseveró.

Pese a que en aquella época la familia denunció el robo de manera formal, esta como muchas otras no procedió y se quedó en el olvido, dando por perdida la pieza. Pese a que el escultor ha intentado comprobar el robo, no ha podido dar con el expediente, ya que en aquel entonces no se contaba con un archivo digital como en la actualidad.

Aunado a ello el escultor jamás registro a su nombre las piezas, no cuenta con certificado alguno, solo posee una foto que le fue tomada al caracol a tres cuartos de terminada, en su defensa Lobato alega que especialistas en el tema reconocen que “de una pieza auténtica no podría existir una foto sin estar terminada”.

Aseguró que se procederá penalmente contra el Museo porque “no pueden probar que el caracol fue sacado legalmente del país, es un hecho, y son tan tontos que hasta fueron tan obvios ya que de las seis huastecas que hay, resulta que el certificador del museo de Houston es tan bueno en las culturas huastecas, que sabe que pertenece específicamente a la veracruzana”.