La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) inició ayer, en Washington, una cumbre con motivo de su 75º aniversario, centrada en reafirmar su apoyo a Ucrania en el conflicto contra Rusia. Sin embargo, la incertidumbre política en Estados Unidos podría empañar las celebraciones.
A sólo cuatro meses de las elecciones presidenciales, Joe Biden, de 81 años, debe demostrar su capacidad para vencer a su rival, Donald Trump, y liderar la principal potencia militar mundial.
El presidente de Estados Unidos inauguró la cumbre con un discurso en la sala donde se firmó el tratado fundacional de la OTAN en 1949, destacando que la alianza se ha fortalecido durante su mandato. Biden se mostró elocuente y seguro a lo largo de su intervención. “Este es un momento crucial para Europa, para la comunidad transatlántica y, debo agregar, para el mundo”, afirmó.
Sin embargo, la alianza de 32 naciones observa con nerviosismo un posible regreso de Trump a la Casa Blanca si gana las elecciones de noviembre. Durante la campaña, Trump ha amenazado con desmantelar el principio de autodefensa mutua que ha sustentado al Tratado Atlántico desde su creación.
La reunión se lleva a cabo un día después de un masivo ataque ruso contra ciudades ucranianas, incluyendo hospitales, que dejó 38 muertos. Luego de condenar el ataque desde Polonia, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, llegó a la sede de la cumbre donde el presidente Biden reafirmó su apoyo a Ucrania.
Otros mandatarios también hicieron acto de presencia: Emmanuel Macron, quien lucha por formar gobierno después de las elecciones legislativas, asistió a Washington; mientras que el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, realizó su primera salida internacional.
Aunque la alianza militar considera a Rusia su principal amenaza, también presta atención al desafío de China, a la que acusa de desempeñar un papel clave en el esfuerzo bélico de Moscú suministrando tecnología al ejército del Kremlin.
El ministerio de Relaciones Exteriores de China criticó las “difamaciones y ataques” de la OTAN contra Pekín, y asegura que la alianza busca una excusa para expandir su influencia en la región del Pacífico.