El Doctor Patán reaccionó con un respingo de sorpresa, y debo reconocer que no de las agradables. El Quinto Presidente Más Popular del Mundo (QPMPDM) dijo en su Mañanera que se identificaba como “naco, chinto y chairo”, en la onda de, ya saben, a mucha honra. Tengo que decir que de esos tres términos, dos me parecen un tanto ambiguos, incluso un tanto volátiles, y el tercero, que es el segundo, no lo conocía de nada. Ahí la sorpresa.

Luego de una sesuda investigación, su Doctor descubrió que “chinto” remite nada menos que a la menstruación. Ahí el respingo. Estoy de acuerdo en que el QPMPDM es también el Presidente Más Feminista de la Historia (PMFDH), pero híjole. Por fortuna, las palabras tienen la costumbre de significar más de una cosa, y “chinto”, según entiendo, es una manera de referirse a las personas de origen indígena. Yo creo que por ahí iba el motor del cambio.

Ahora bien: el respingo le despertó a su Doctor ese rasgo crucial del movimiento que encabezamos, que es la autocrítica. Señor QPMPDM: no estoy de acuerdo con su ejercicio de autopercepción, o no del todo. Naco no lo veo, en el sentido de que naco, ampliamente, significa iletrado, vulgar, ignorantote. Presidente: el Primer Historiador de la Patria (PHP), disculpe, no entra en esa definición. Entiendo que se identifique con los desposeídos, pero, de nuevo, híjole. Luego está ese otro significado: el que se pretende de un estatus que no alcanza. Algo así como “snob”, también en su sentido original. Señor: no. Su pecho no es bodega, ¿recuerda?, y lo suyo, lo suyo, es la autenticidad.

Lo de chairo, tampoco, o sí, pero sólo en el sentido de que la abeja reina también es una abeja. Quiero decir que usted es el referente chairo; la idea platónica del chairo; el Padre de Todos los Chairos (PDTLCh). Creo que habría que matizar, Presidente, por mucho que usted sea también su propio y único referente. Un auto patriarca, digamos.

Con lo que sí estoy de acuerdo es con lo de chinto. No se me aceleren, por favor. Ya sé que su abue era español, específicamente cántabro, pero, ¿se acuerdan de la ceremonia con copal y limpias en el Zócalo? Ahora sabemos, es mi hipótesis, que lo indígena sí se pega. Es cosa de una vida de congruencia, de caminar como un apóstol con los desposeídos, con los sin pan, y luego rematar la faena con una ceremonia como esa tan conmovedora que vimos todos. Vaya, que se puede ser indígena por ciencia infusa. El Doctor piensa intentarlo este fin de semana, sometiéndose a la tortura de un temazcal.

 

          @juliopatan09