El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien tanto presume la fortaleza del peso frente al dólar, fue el responsable de que la cotización se depreciara de forma tan acelerada en pocos días tras la posibilidad de que su contrarreforma al Poder Judicial se convirtiera en realidad con la virtual composición de la siguiente legislatura del Congreso.

Antes del 2 de junio se cotizaba el peso en el rango de los 16.70 por dólar y cuando López Obrador ratificó que usaría a diputados y senadores para desmantelar la autonomía de jueces y magistrados, la paridad llegó casi a los 19 pesos por dólar.

Hasta antes de ese episodio, el mercado cambiario no ponía mucha atención a la contienda electoral, daba por descontados los dos resultados, el triunfo oficialista o el opositor, siempre en el entendido de que habría contrapesos legislativos.

En lo que se concreta la posibilidad de la contrarreforma judicial, los mercados han regresado a su dinámica habitual de atender los asuntos que ahora marcan la agenda financiera global.

Básicamente, lo que sigue como eje de la atención de los mercados es el desempeño de los índices inflacionarios y la reacción de las políticas monetarias. En especial, lo que suceda en Estados Unidos como el país que posee el monopolio de la impresión del dólar.

Así, el peso que llegó a los 19 por dólar en el peor momento de las preocupaciones internas, está de vuelta en la atención los temas globales y ayer cotizó por debajo de los 17.80.

Hay dos escenarios que atienden los mercados financieros. El primero, es la expectativa de que la inflación de los Estados Unidos empiece a mostrar una baja más consistente hacia el nivel del 2%.

Este jueves se publica desde muy temprano la inflación de la economía estadounidense y habremos de ver una reacción del peso, ya sea de una baja más pronunciada si la inflación efectivamente baja, o bien una corrección al alza si hay un nuevo repunte en los precios.

Con el dato inflacionario en la mano y con las evidencias de una desaceleración económica, lo que podría suceder es que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) opte por bajar la tasa de interés de referencia hasta en un par de ocasiones en lo que resta del año, esto hace que el peso gane terreno.

Al mismo tiempo, en México conocimos que la inflación está lejos de emprender una baja hacia la meta del 3% que tiene el Banco de México. De hecho, el último dato disponible de la inflación general apunta a un regreso al 5% anualizada.

Esto adelanta que la Junta de Gobierno del banco central mexicano difícilmente podría justificar una baja en el costo del dinero, por más que algunos entusiastas quisieran ver que baja la tasa, tal como quisiera el Presidente saliente para su foto de final de sexenio.

Entonces, el peso se recupera porque la inflación es alta en México y la inflación subió, entre otras cosas, porque el dólar caro ya impactó algunos precios.

Lo mejor es ver la dinámica del tipo de cambio por esas razones de mercado y no por las barbaridades legislativas que propone el régimen.

 

        @campossuarez