La banda británica The Beatles siempre ha estado ligada, de una u otra forma, a Buddy Holly. En primer lugar porque una de las primeras canciones que grabó el cuarteto, cuando aún llevaban por nombre The Quarrymen y Ringo Starr siquiera formaba parte de la agrupación, fue, precisamente, That’ll Be the Day, canción interpretada por Buddy Holly and The Three Tunes en 1956.
Pese a la muerte repentina de Holly en 1959 a sus 22 años, el día en que murió la música, cuando ya era reconocido en el mundo de la música por ser no sólo cantante, sino también compositor, su legado quedó plasmado para siempre. The Beatles, en especial John Lennon y Paul McCartney, se vieron especialmente afectados por el músico estadounidense.
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En The Beatles Anthology, ese libro recopilatorio que salió a la par del documental homónimo, Paul contó, a resumidas cuentas, que él y John comenzaron a escribir por Buddy Holly. “Él escribe y es un músico”, espetó McCartney en el año 2000. Asimismo recordó que en ese entonces el cuarteto también comenzó a escribir su propio material tras beber de los éxitos de las reinterpretaciones.
Desde hace décadas, expertos y fanáticos se preguntan si The Beatles no son más que un hommage, es decir una especie de plagio. Diríase que no. En realidad, Holly sólo fue una gran inspiración para los Fab Four. Así lo indican incluso los registros de sus primeros espectáculos en vivo, donde llegaron a tocar muchos temás del músico estadounidense. Además de That’ll Be the Day, llegaron a tocar, entre otras, Words of Love y Peggy Sue.
El periodista Felipe Retamal, quien es también subeditor del diario chileno La Tercera, registra dos hallazgos interesantes en la discografía de The Beatles en contrapunto con la de Buddy Holly. El primero de ellos es, dice: “la sección intermedia de Do You Want to Know a Secret? copia la estructura de tres acordes propia de los temas de Holly”; la segunda observación hace ahínco en la lírica: “las primeras líneas de la letra (de Raining In My Heart) bien pudieron inspirar parte del texto que Lennon escribió en Dear Prudence”.
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Acaso la más obvia de las cosas con que la relacionan es, precisamente, el nombre. La agrupación del texano se llamaba Buddy Holly & The Crickets. De estos últimos, es decir de “los grillos” fue que extrajeron la idea. Optaron, claro, por ser los británicos “los escarabajos”, sólo modificando una de las letras. Esto último, más por ingenio de Lennon que por otra cosa.
Sobre Holly, Jonh, Paul y George siempre tuvieron palabras buenas para decir. Hay, quizá hasta la fecha, agradecimiento. ¿La influencia? Innegable, sobre todo en los primeros tiempos de The Beatles, es cuando más presencia de Holly hay. Hasta la fecha, Paul posee los derechos de publicación de canciones del músico texano. Hablar de plagio, sólo una tendencia inverosímil.