Abundan los periodistas y las personas que escriben columnas de opinión. Son contadas, sin embargo, las que trascienden, a los que se les puede considerar como líderes de opinión. Y hay uno, específicamente, a quien ese mote nunca le gustó.
Ese hombre es Germán Dehesa, otrora crítico literario, escritor y periodista que, aunque siempre recordado, gracias a Ángel, su hijo y a Alejandro García Virulo, su amigo, ahora está siendo homenajeado con De Herencias y Querencias, un espectáculo singular que rememora la carrera del columnista a través de un espectáculo único, más a su modo, sin tanta solemnidad, priorizando el barullo, la pachanga con amigos y algo de música.
“Es un show que nace porque Virulo me insistió mucho en hacerlo”, cuenta Ángel desde la casa del cantautor cubano, en entrevista para este diario. “Al principio me costó trabajo reencontrarme con los textos de mi papá porque era volver a confrontar a un personaje”. Pero confiesa que tanto él, como sus hermanos, fueron aprendiendo, con el tiempo, a separar la persona del personaje.
“Recordar a Germán siempre se me hizo muy importante”, dice Virulo. Pese a que en la mente del cantautor vaga la idea de que si este homenaje pudo haber sido antes del fallecimiento del periodista, luego recompone: “Yo creo que vale más tarde que nunca”.
Y señala que ubica a Dehesa en un espacio donde su humor es entendido como una manifestación superior de la comicidad, acaso como un guiño al clásico de Miguel de Cervantes.
Ángel apunta que ha sido grato traer a su padre de vuelta, y que en cada ocasión han brotado experiencias distintas y han hallado nuevas formas de platicar sobre los textos que leen durante el performance.
Aunado a ello, la música de Virulo, quien recuerda que es tan grato como tan distinto estar en el escenario con Ángel y no con Germán, pues este último era, dice sin pena, “un poco desorganizado” y encima no ensayaba, por lo que había, las más de las veces, que improvisar.
Además de la presentación en el Tejedor, estarán próximamente en San Ángel, Guadalajara y, si todo sale bien, en más ciudades de México.