Un estudio demostró que el derretimiento de los casquetes polares provoca que la Tierra gire más lento, haciendo que los días duren más de lo normal a un ritmo “sin precedentes”.
Surendra Adhikari, investigador del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, explicó que dicho fenómeno se debe al agua que fluye desde Groenlandia y la Antártida, la cual aumenta la masa alrededor del ecuador.
Benedikt Soja, coautor del estudio y experto, ejemplificó el fenómeno con una pirueta de patinaje artístico. “La rotación inicialmente rápida se vuelve más lenta porque las masas se alejan del eje de rotación, aumentando la inercia física”, comentó.
Para lograr el descubrimiento, los expertos abordaron técnicas especiales como la interferometría de línea de base muy larga, que permite medir cómo varía la orientación y duración del día de nuestro planeta al observar señales de radio desde el espacio en diferentes lugares del planeta.
Asimismo, se emplearon datos del Sistema de Posicionamiento Global (GPS), que miden con precisión la rotación terrestre hasta la centésima de milisegundo.
Aunque el aumento en la duración de los días es solo de unos pocos milisegundos, podría tener implicaciones significativas para la navegación espacial y terrestre.
Adhikari señaló que es importante conocer con precisión cómo está orientada la Tierra para comunicarse eficazmente con naves espaciales, como las sondas Voyager, que actualmente se encuentran fuera del sistema solar. Explicó que incluso pequeños cambios podrían causar desviaciones significativas cuando estas naves lleguen a su destino.
En el estudio también se logró concluir que entre más aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero, el impacto del calentamiento climático podría superar eventualmente la influencia gravitacional de la Luna en la duración del día hacia finales del siglo XXI.