“Estamos un poco decepcionados porque vinimos para verla”, suspira Christelle Lasser, una turista belga, ante las puertas de la Acrópolis de Atenas, cerradas ayer durante varias horas debido a la ola de calor que azota Grecia.
La desilusión se lee en los rostros de los visitantes al anunciarse el cierre del sitio, decidido por el ministerio de Cultura griega.
“Aunque, es cierto que no queremos desmayarnos” por el calor, admite esta mujer de unos 50 años.
Su hija, Mía, de 14 años, soñaba con ver este lugar que estudiaba en clase. “Podrás verla en YouTube“, le consuela su madre.
El termómetro debía subir ayer hasta los 43º en algunas regiones de Grecia y rondar los 40º en Ática, la región en la que está ubicada la capital Atenas.
Los demás visitantes, tendrán que esperar para poder ver el Partenón y otros “tesoros” del siglo V aC.
La visita estuvo cargada de emoción para una mujer que las visitó con su hermana para cumplir el “sueño” de su madre, fallecida hace poco.
Pese a eso “pienso que tienen razón (en cerrarla), hace demasiado calor”, afirmó, con el rostro enrojecido por las altas temperaturas.
Para evitar desmayos, la Cruz Roja griega distribuyó 5 mil botellas de agua en dos horas entre los turistas que esperaban frente a la Acrópolis.
“Cada año es peor que el anterior, y las olas de calor son más intensas y fuertes”, explicó Vassiliki Dalla, enfermera de la Cruz Roja.
“Quizás hay personas de países que no tienen nunca temperaturas semejantes”, añade. “A veces sobreestiman sus fuerzas”.
Para subir hasta la Acrópolis se debe tomar un camino corto pero empinado, que puede resultar difícil cuando hace mucho calor.
Al no poder acercarse al recinto, muchos tienen que conformarse con hacerse fotos ante las puertas cerradas.