Foto: x @JoeBiden  

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha comunicado a sus oficiales de campaña su decisión de retirarse de la contienda presidencial, con un anuncio oficial previsto antes del domingo. La noticia, confirmada por diversas fuentes y medios estadounidenses, marca un punto de inflexión en la política del país.

El New York Times aseguró que el presidente empezó a aceptar la idea de que quizá no pueda ganar las elecciones del 5 de noviembre. “La información se basa en entrevistas con cuatro personas cercanas al presidente, todas las cuales describieron la situación como extremadamente delicada y hablaron bajo condición de anonimato para evitar ofender al presidente”, informó el diario en su página web.

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Por su parte, Mark Halperin, comentarista de Newsmax, ha declarado que el presidente demócrata, de 81 años, probablemente hará su anuncio de retiro este fin de semana. Sin embargo, su salida de la carrera presidencial no implica una renuncia a la presidencia ni un respaldo explícito a otro candidato, incluyendo a la vicepresidenta Kamala Harris.

El retiro del demócrata plantea un escenario inusual para la Convención Nacional Demócrata de agosto, a celebrarse en Chicago. Se perfila como la primera convención negociada desde 1952, con la posibilidad de decenas de candidatos demócratas compitiendo por la nominación presidencial. Este hecho sugiere un proceso de selección altamente competitivo y potencialmente fracturado dentro del partido.

La decisión de Biden ha generado un torbellino de especulaciones y análisis en el panorama político estadounidense. Su mandato estuvo marcado por desafíos, incluyendo la gestión de la pandemia de Covid-19, la recuperación económica y las tensiones internacionales.

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El impacto de su retiro en la dinámica electoral es profundo. Sin un candidato incumbente, el Partido Demócrata enfrenta la tarea de seleccionar un nuevo líder en un período relativamente corto. Esto abre la puerta a una gama amplia de aspirantes, desde figuras establecidas dentro del partido hasta posibles outsiders que buscarán capitalizar el vacío dejado por Biden.