Estudiantes de Bangladés continúan con sus protestas, que han dejado un saldo de 155 muertos, y exigen ahora la dimisión de la primera ministra, Sheikh Hasina. Esta situación ocurre a pesar de que el sistema de cuotas en el empleo público, que desató las manifestaciones, fue flexibilizado por la justicia.
El Tribunal Supremo de Bangladés suavizó el sistema de cuotas que facilita el acceso de ciertos sectores al empleo público, aunque no anuló la normativa en cuestión.
La normativa, que permite a los descendientes de veteranos de guerra obtener empleo público con mayor facilidad, provocó disturbios que cobraron al menos 155 vidas en el país asiático de 171 millones de habitantes.
Aunque el Tribunal Supremo debía pronunciarse el próximo mes sobre la legalidad del sistema, adelantó su fallo debido a la violencia que sacude el país y al desafío que representa para la primera ministra Sheikh Hasina, en el poder desde hace 15 años.
Se desplegaron tropas militares en las ciudades más afectadas por las manifestaciones, ante la incapacidad de la policía antidisturbios para restablecer el orden. En algunos sectores, la conexión a internet fue restringida, lo que limita el flujo de información al exterior.
La sentencia del alto tribunal redujo el número de empleos reservados del 56% al 7%, pero esta medida no satisface las demandas de los manifestantes.
Shah Monjurul Hoque, abogado involucrado en el caso, declaró que el tribunal también instó a los estudiantes a “regresar a clases”.
No obstante, el principal grupo estudiantil, “Students Against Discrimination”, afirmó que las protestas continuarán “hasta que el Gobierno tome una decisión que contemple nuestras reivindicaciones”.