El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó algún tipo de riesgo durante la transición financiera.
Este martes cuestionado por este medio con respecto a los señalamientos de especialistas y algunos integrantes de la Oposición de que su administración heredaría a la que encabezará la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, finanzas ajustadas debido al déficit autorizado para este año por las cargas que representan obras y programas sociales:
“No hay ningún riesgo, no hay temor a nada, y además las finanzas públicas están muy fuertes en nuestro país (…) no están informados –la Oposición- y ya la gente lo sabe, la gente sabe que la economía de México está bien y que no hay nada que temer”.
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Y para explicar lo anterior, López Obrador adelantó que la próxima semana el titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y sus funcionarios estarán en la Mañanera para explicar “cómo está la hacienda pública”.
En lo que va de este año, especialistas financieros han señalado que uno de los principales retos de la futura administración de Sheinbaum Pardo será la insostenibilidad financiera que dejará el Gobierno de la “Cuarta Transformación”.
En mayo, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) en sus perspectivas semanales, el ente del sector privado, dijo que el cúmulo de compromisos contraídos con cargo al presupuesto, pero sin fondeo propio durante la actual administración, es la razón.
Aseguró que, no obstante, hasta ahora el discurso de las autoridades resalta la salud financiera del sector público, su eficiencia recaudatoria, una asignación adecuada de los recursos públicos y la no contratación adicional de deuda.
El CEESP destacó que esto refleja la insuficiencia de las fuentes de recursos que ha caracterizado no solo a este gobierno, y genera una situación deficitaria que podría extenderse por algunos años más.
Por el lado del gasto, la creación de un importante número de programas asistenciales y proyectos poco o nada rentables social y económicamente, con el objetivo principal de mantener la preferencia de la población, demandó una notoria cantidad de recursos.
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“A lo largo del sexenio, el gasto total habrá aumentado 23.2% en términos reales, cuando un sexenio antes lo hizo en 8.4%”.
Señaló que esta situación propició que ejercicio tras ejercicio fiscal del sexenio se reportaran déficits cada vez mayores a tal grado que para 2024, último año de gobierno, se prevé un déficit total, considerando el concepto de Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), de casi dos billones de pesos, históricamente el más elevado.
“Durante todo el sexenio se habrá acumulado un déficit total de 7.1 billones de pesos, poco más del doble de lo acumulado en el periodo previo”, afirmó el órgano de análisis del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Mientras que en a finales de junio, el CEESP indicó que para 2025 se anticipa que el déficit público se ubique en 3.0% del PIB, lo que implicaría una disminución cercana a 3 por ciento del PIB, lo que es una buena señal.
Segunda visita de Sheinbaum para temas presupuestarios
Por otro lado, este martes la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, visitó Palacio Nacional por segunda ocasión, esta vez para reunirse con el secretario de Hacienda, Ramírez de la O.
Tras el encuentro de varias horas de duración, en el que no estuvo López Obrador, según dichos de la propia Sheinbaum Pardo, esta se retiró a su casa de transición desde la que dio detalles del encuentro y dijo que habrá recursos para programas y obras en 2025.