A casi dos meses de las elecciones presidenciales en las que los partidos de oposición fueron prácticamente borrados del mapa político nacional, (el PRD está formalmente liquidado), las dirigencias del PRI y el PAN se debaten en cómo imponer sus privilegios sin importarles en lo más mínimo el futuro de sus antiguos electores.

Desde Palacio Nacional, este lamentable espectáculo se ve con enorme placer, no saben qué fue más importante; si la victoria de CSP o la autodestrucción de sus opositores en medio de una transición sin obstáculos. Vamos, un verdadero paseo por las nubes. Y no es que no existan problemas, los hay y muy graves: una muy compleja relación con Donald Trump, ya con un pie en la Casa Blanca. La próxima revisión del T-MEC. La reforma al Poder Judicial, ya en puerta. Unas finanzas públicas en graves condiciones. Ya sólo con estos temas, el país necesitaría urgentemente de sus partidos de oposición. Pues no, y más nos vale no contar con ellos.

En medio de este caos, surge don Guadalupe Acosta Naranjo con su propuesta del Frente Cívico Nacional (FCN), de plano no sé si reír o llorar. La historia de este prócer no tiene desperdicio: líder estudiantil, dirigente sindical cañero, diputado desde los 24 años, cofundador del PRD, dirigente partidista, asesor del exgobernador Cabeza de Vaca, y ahora impulsor del FCN. Sin duda es un tipo inteligente, astuto, buen debatiente (sino que le pregunten a Fernández Noroña). Su esposa, Sonia Ibarra, también política, lo conoció como “músico folclórico” y se definen “de izquierda”.

Don Lupe luce varios kilitos de más, mirada tristona y nostálgica, con unas ojeras que le llegan hasta los pies, bigote recortadito, tipo galán otoñal. Si uno lo ve bien parecería solista del trío Los Panchos. Me lo imagino cantando boleros hasta altas horas de la madrugada. Si bien es medio agnóstico, se sabe que festeja su santo por todo lo alto y dicen, los que lo conocen, que no deja un tequila vivo sobre la mesa. Un tipo así te tiene que caer bien.

La semana pasada lo entrevistó magistralmente Luis Farías Mackey y, allí, me quedó claro que el problema con don Lupe y el FCN es mucho más serio de lo que parece. Pertenece a ese grupo de políticos que no entienden, que no entienden.

El FCN y don Lupe convocaron el seis de julio a un encuentro para “decidir su futuro”, asistieron más ponentes que público, desolador. Total ausencia de jóvenes, la media de edad de los asistentes superaba los 65 años. La organización fue terrible. La cantaleta de todas las propuestas fue la misma: descalificar a la 4T. No entienden por qué se perdió la elección presidencial.

El FCN nace muerto como organización política pues carece de ideas que puedan ilusionar a los mexicanos que no votaron por Morena. Don Lupe y asociados creen que ser anti-AMLO/4T/Morena de tiempo completo es lo único que nos importa a los mexicanos, no pueden estar más equivocados. Hay temas mucho más importantes, pero está claro que ni él ni sus amigos entienden.

Sus cómplices, Beatriz Paredes (¡que alguien le preste un cepillo, por piedad!), José A. Gurría, Miguel A. Mancera, Claudia Ruiz Massieu, José F. Torres Landa, Gustavo Madero, etcétera. ¿De verdad creen que tienen la capacidad para ilusionar a los electores mexicanos que buscan un mejor futuro? ¿No les basta con su fracaso histórico? Siguen atrapados en el mito de la Marea Rosa.

El FCN no tiene ni presente ni futuro. Podría ser, en el mejor de los casos, una especie de “think tank” del absurdo. Por el bien de México, se les súplica por favor pasar a desalojar. Ya es hora.

 

   @Pancho_Graue

   fgraue@gmail.com