Foto: www.sportingnews.com/ La inseguridad invadió la cancha
Foto: www.sportingnews.com/ La inseguridad invadió la cancha  

Después de protagonizar un encuentro en la localidad de Saint-Étienne, en el estadio Geoffroy-Guichard, Argentina y Marruecos disputaron su primer partido del torneo olímpico de futbol, marcado por fallas en la seguridad del inmueble y un juego que todavía después de jugarse más de 100 minutos, se reanudó casi una hora después con un gol anulado.

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Con un marcador final de 1-2 a favor de los marroquíes, con doblete de Soufiani Rahimi, el partido vivió momentos de suspenso cuando el árbitro encargado, Glenn Nyberg, decidió agregar 15 minutos adicionales al juego, que condujeron a un eventual empate de los sudamericanos.

Previamente, el primer tanto argentino lo había convertido Giuliano Simeone desde el minuto 68. Cuando Cristian Medina encontró el esférico a menos de un metro del arco rival, tras una serie de remates previos, Argentina logró el empate después de más de 105 minutos de actividad.


Aunque el colegiado sueco parecía haber terminado el encuentro, una invasión al campo, uso de bengalas y diversos actos de agresión por parte de los aficionados marroquíes, llevaron a la organización a determinar el juego como suspendido. Casi una hora más tarde, el juego se reactivó con una decisión arbitral que anuló el tanto de Medina por fuera de juego y se disputaron tres minutos más, ya sin público en las gradas.

Argentina fue incapaz de igualar el juego en ese lapso final y el partido culminó con una diferencia favorable a Marruecos, líder momentáneo del grupo B en el que también compiten Irak y Ucrania.

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