Es el mismo modus operandi de todo el sexenio, hacen como que escuchan, pero al final se preparan los legisladores obedientes a las órdenes presidenciales para aprobar lo que les mande tal como lo quiere el Presidente.
De las 20 iniciativas que envió en febrero pasado López Obrador, hay muchas aberraciones, pero la que más atención ha generado es la que busca hacerse del control del Poder Judicial y esa ya tiene fechas de procesamiento legislativo para dar gusto a Andrés Manuel López Obrador.
Queda claro que los “Diálogos Nacionales para la Reforma al Poder Judicial” son un montaje para ganar este tiempo, ahora que ya revelaron la ruta de aprobación de esa contrarreforma judicial, regresan los temores a los mercados.
Pareció en algunos momentos que habría cierta cordura en este tema, pero todo parece indicar que la instrucción es una y se sigue al pie de la letra: para septiembre se aprueba el dictado presidencial sin moverle una sola coma a lo esencial.
A la par de esto, México está de vuelta como la piñata de Donald Trump. Empoderado por su nueva imagen de mártir, refuerza su discurso radical con una letanía negativa que ya pasa del insulto a la amenaza en contra de nuestro país.
No solo habla de aranceles a las importaciones mexicanas a los Estados Unidos, lo cual implicaría violar el acuerdo comercial que él mismo renegoció.
Habla de llevar a cabo la deportación masiva más grande de la historia de los Estados Unidos y su plan es llevar a los indocumentados a territorio mexicano.
Trump dice que México está paralizado por el narcotráfico, podía ser un punto difícil de rebatir, pero su solución, según dijo en una entrevista esta semana, sería que ellos tomaran el control de la situación. ¿Qué implicaría una amenaza de ese tamaño a la soberanía nacional?
Las acciones autoritarias de López Obrador en el Congreso y las amenazas autoritarias de Donald Trump desde su campaña por supuesto que ahuyentan la confianza y las inversiones.
Ya hay muestras de la aversión al riesgo que implica México con estas acciones que se notan en las renovadas presiones en el tipo de cambio.
La cancelación de Elon Musk de sus planes de construir una fábrica de su marca de autos Tesla en Nuevo León es emblemática por todo lo que generó el anuncio inicial, pero, más allá de que se trate de un pretexto, la realidad es que enmarca la determinación justamente en esa ansiedad que genera México hacia el futuro.
Como colofón, hay datos de la economía que muestran que hoy México tiene problemas económicos que se pueden complicar.
Hay evidencias de una desaceleración económica que se combinan con una presión inflacionaria renovada que puede hacer que fácilmente se contagien los incrementos en los precios de los productos volátiles a la formación de los precios más estables.
No podemos controlar los arranques de Donald Trump y por lo visto tampoco los ímpetus autoritarios de López Obrador, así que el panorama para lo que resta del año no es muy alentador para la economía, la política y la sociedad mexicanas.
@campossuarez