“Nuestros enemigos son sus enemigos”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un encendido discurso ante el Congreso de Estados Unidos, en el que defendió la guerra en Gaza, calificó a Irán de “eje del terror” y abogó por desradicalizar el enclave palestino.
Para su cuarto discurso ante el Congreso, un récord para un líder extranjero, Netanyahu fue acogido entre aplausos y vítores de los legisladores republicanos puestos en pie, mientras los demócratas, descontentos con su gestión de la guerra en Gaza, permanecieron sentados.
“Para que triunfen las fuerzas de la civilización, Estados Unidos e Israel deben permanecer unidos”, dijo Netanyahu, cuya llegada a Washington armó un gran alboroto.
Cerca del Congreso miles de manifestantes protestaron, algunos de ellos con banderas palestinas, y en el interior de la Cámara de Representantes cinco personas fueron detenidas porque “interrumpieron” el discurso, escribió en X la policía del Capitolio.
El dirigente tachó a los manifestantes favorables de “idiotas útiles de Irán” y estimó que su país, Estados Unidos y el mundo árabe están amenazados por el “eje del terror” de la república islámica.
“Esto no es un choque de civilizaciones. Es un choque entre barbarie y civilización”, defendió. “Nuestros enemigos son sus enemigos, nuestra lucha es su lucha y nuestra victoria será su victoria”, insistió a los congresistas.
Aprovechó el discurso para intentar ejercer presión sobre su principal aliado, con quien mantiene relaciones tensas después de más de nueve meses de guerra en Gaza contra Hamás.
El conflicto estalló el 7 de octubre con el ataque de Hamás, en el que comandos islamistas mataron a mil 197 personas y secuestraron a otras 251, según datos israelíes.
La ofensiva de represalia israelí ha dejado más de 39 mil muertos en Gaza, según el Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás.