Se escuchaban muchas noticias… y las balaceras. Nosotros no queríamos salir de nuestra casa, yo tengo una niña de tres años. está chiquita, es mi nieta”, recuerda Belinda Bravo, habitante de Amatenando de la Frontera, Chiapas, unas de las 297 personas que buscaron refugio en Guatemala, ante la violencia que viven en la sierra chiapaneca por la lucha entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Ya en un lugar seguro, narra lo que vivieron antes de salir de su comunidad y de haber abandonado todo lo que tenían: “Cuando escuchamos esas balacera, esas motosierras que estaban tirando árboles, nosotros nos metimos debajo de la cama, tirados al piso; empezaron a disparar y se escuchaba que las balas pasaban arriba de nosotros y, cuando se tranqulizaron tantito, como pudimos salimos; no trajimos ni ropa ni chanclas ni nada, ni pañal para mi nene”.
La mujer de aproximadamente 60 años, descansa en una silla en el albergue instalado para los chiapanecos víctimas de desplazamiento forzado. “Yo, por mi parte no traje nada, (venimos) caminando por descansones y, además, enferma, porque estoy muy enferma, mi marido está enfermo, padecemos diabetes”, dice.
Narra que como pudieron llegaron al barrio Reforma, en el municipio de Cui, en Guatemala. “Y gracias a esta comunidad que sí nos está apoyando”.
Por su parte, Apolinar Vela, del barrio San José, también Chiapas, aseguró que “estamos bien agradecidos, que acá pues los hermanos de acá arriba nos abrieron las puertas. Yo creo que es algo que no tiene precio”.
“Gracias a ellos tenemos donde pasar la noche, no estamos aguantando frío, pues gracias a Dios y a ellos (los guatemaltecos) que nos recibieron bien(…) gracias a toda la gente que nos recibieron bien”, reconoció.
SE ATIENDE A MEXICANOS: AUTORIDADES GUATEMALTECAS
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, y la gobernadora departamental de Huehuetenango, Elsa Hernández, explicaron en conferencias por separado, que se atiende a los desplazados chiapanecos, quienes desde el lunes pasado comenzaron a llegar a Cuilco.
Aunque ayer el mandatario aseguró que eran 600 los mexicanos que habían cruzado en busca de asilo y seguridad, Hernández dijo que permanecen sólo 297 en el municipio fronterizo, que el resto recibió apoyo como víveres, ropa, calzado y se despazó a otras poblaciones fronterizas.
Explicaron que las víctimas de la violencia en Chiapas, fueron conminadas a pedir ayuda en centros comunitarios como iglesias, salones comunitarios y centros educativos, dónde ahora son atendidos por militares y policías del país centroamericano.
La gobernadora afirmó que han realizado gestiones para recibir ayuda humanitaria y agradeció a instituciones, sin mencionar cúales, por los víveres, kit de higiene y otros insumos que sirven para la sobrevivencia de atender a la población que sufre la “migración forzada”.
Por su parte, autoridades militares informaron que ante la situación que impera en Nueva Reforma, se sienten desplazados cuerpos de seguridad, principalmente en cuatro puntos donde se reporta la migración a Guatemala o donde se pudiera dar el ingreso de grupos criminales, para garantizar la seguridad de los guatemaltecos.