El príncipe Enrique, que se lanzó en una guerra contra los tabloides británicos, reanuda su campaña, esta vez en un documental televisivo difundido ayer donde lamenta que el resto de la familia real no lo apoye.
Desde su partida del Reino Unido con su esposa Meghan Markle, el príncipe tiene una relación fría con el resto de la familia real, especialmente con su hermano Guillermo.
Pero para el duque de Sussex, sus acciones ante la justicia contra los tabloides desempeñan un papel en esas tensiones, ya que la monarquía se aferra al mantra “nunca quejarse, nunca explicar” en beneficio de la cobertura por lo regular positiva de sus actividades en la prensa.
En esta entrevista a ITV, lamenta que el resto de la familia real no se haya comprometido con él en la lucha: “Hubiera sido bueno hacerlo en familia”.
“Creo que desde un punto de vista de la misión de servicio y cuando se desempeña un papel público, son cosas que deberíamos hacer por el bien común”, insiste Enrique. “Para mi, la misión sigue”.
Su combate develó las prácticas de esos medios, que ya fueron objeto de polémica cuando el escándalo de las escuchas telefónicas que llevaron a Rupert Murdoch a cerrar su medio News of the World en 2011.