Un incendio incontrolable en el norte de California se convirtió en tres días en uno de los más grandes en la historia de este estado del oeste de Estados Unidos.
“Park”, el primer megaincendio de esta temporada en ese estado y el más intenso en lo que va de año, llevaba consumidas más de 142 mil hectáreas el sábado por la noche, lo cual lo convierte en el séptimo más grande en los registros de California, informó la agencia estatal Cal Fire.
Las autoridades emitieron órdenes de evacuación para unas cuatro mil personas, en tanto otros cientos están bajo advertencia y podrían tener que abandonar sus hogares.
Las llamas se encendieron la tarde del miércoles cerca de la localidad de Chico, en el condado de Butte, y en pocas horas alcanzaron el vecino Tehama.
“Las condiciones extremas de este incendio continúan representando un desafío para los bomberos”, indicó Cal Fire en la red social X.
Por ahora, está controlado sólo un 10% de su extensión, a pesar de los esfuerzos de más de tres mil 700 personas que trabajan para contenerlo, más una decena de helicópteros y varios aviones.
Park “continuó quemando de forma muy activa debido al terreno escarpado y los vientos (…) que generan un fuerte avance” de las llamas, añadió Cal Fire.
“Muchos aviones cisterna de lucha contra incendios de todo el estado realizan misiones de extinción cuando las condiciones lo permiten”, añadió.
La agencia indicó que se espera un tiempo más fresco y húmedo en la región.
Según las últimas informaciones, 20 construcciones quedaron destruidas, una baja sobre una primera estimación de 137.
El fuego generó una enorme columna de humo gris y denso que alcanzó estados vecinos.
Las autoridades detuvieron el jueves a un hombre de 42 años, sospechoso de haber iniciado el fuego al empujar un carro en llamas por un barranco, informó el fiscal de Butte, Mike Ramsey.
Este inmenso incendio forestal trae recuerdos dolorosos para los habitantes de Paradise, una ciudad a unos 15 km de Chico, donde 85 personas murieron en 2018 en el incendio más mortífero en California.
El oeste de Estados Unidos sufrió unos 20 años de sequía, pero los dos últimos años fueron relativamente húmedos.