APOYO. Autoridades de Guatemala, ACNUR y Cruz Roja atienden a los mexicanos refugiados en Cuilco; mientras fuerzas de seguridad impiden la llegada de criminales hasta donde se encuentran.
Foto: Cuartoscuro | APOYO. Autoridades de Guatemala, ACNUR y Cruz Roja atienden a los mexicanos refugiados en Cuilco; mientras fuerzas de seguridad impiden la llegada de criminales hasta donde se encuentran.  

Desde hace tres años, Chiapas se encuentra en guerra, pero los próximos cuatro meses  vendrá lo  peor, alertaron los investigadores José Adriano Anaya, de la Universidad Autónoma de Chiapas (UACh), y Gerardo González Figueroa, del Colegio de la Frontera Sur.

Afirmaron que en lo que queda del Gobierno al morenista, Rutilo Escandón, podría definirse  a quién se le queda el que se disputan desde hace seis años los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa.

Ambos catedráticos coincidieron en que el conflicto entre ambos grupos es porque buscan quedarse con los sembradíos de café para convertirlos en tierras para el cultivo de amapola, como sucedió hace algunos años en Colombia. 

Adriano Anaya explicó que además de la violencia generada por la guerra entre ambos grupos criminales, se suma el hecho de que la delegación de la Fiscalía General de la República está en contubernio con los cárteles.

“Una subdelegación atiende los asuntos del Cártel Jalisco y otra subdelegación atiende los asuntos del Cártel de Sinaloa, por eso no hay detenciones. La Fiscalía General de la República (FGR) no ha hecho ningún decomiso de droga, lo hace la Marina o el Ejército, no la FGR, la Fiscalía protege a los dos cárteles y esto genera un gran conflicto porque hay completa impunidad”, afirmó.

 

PROCESO DE PARAMILITARIZACIÓN

Sobre la posibilidad de que Chiapas viva una situación similar a la que experimentó cuando el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hace 30 años, el académico dijo que no hay comparación, pues en ese momento la violencia estaba focalizada y hoy hay muchos puntos rojos.

Recordó que Chenalhó y Pantelhó llevan más de tres décadas entre inseguidad, pues desde 1994, durante el Gobierno de Ernesto Zedillo, se armaron “grupos paramilitares entre indígenas para simular que era un enfrentamiento entre indígenas, que el EZLN no tenía nada que ver con las agresiones de los zapatistas, sino que era un pleito intercomunitario entre indígenas”.

Y, en efecto, “el enfrentamiento era entre indígenas, pero se oculta quién organizó a estos grupos, quién los capacitó y quién les dio el armamento”.

Indicó que estos grupos paramilitares fueron infiltrados por la delincuencia organizada y ahora son bandas criminales.

Advirtió que hoy la violencia afecta a Tila, Nuevo Rincón Chamula, Benemérito de las Américas, San Cristóbal de las Casas, Teopisca, Pantelhó, Chenalhó y Amatenango de la Frontera.

Por otra parte, el integrante del Sistema Nacional de Investigadores afirmó que desde hace seis años, el Gobierno de Rutilio Escandón “le entregó Chiapas a la delincuencia organizada(…) dio libre acceso al CJNG y luego se empezó a dar el enfrentamiento, tiene poco más de tres años que inició la guerra”.

 RECLUTAMIENTO Y DESPLAZADOS 

Denunció que hay población civil que es desplazada y reclutada de forzadamente, como ocurrió la semana pasada cuando cientos de habitantes de Amatenango de la Frontera tuvieron que buscar refugio en Guatemala debido al recrudecimiento de la violencia. 

Sobre la posibilidad de que la situación cambie en la próxima administración, Adriano Anaya indicó que para que cambien las cosas en Chiapas se tendría que cambiar al personal de todas las fiscalías, incluída la Fiscalía General de la República por la colusión que mantienen con el crimen organizado.