La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que la hepatitis C es una inflamación del hígado, la cual provoca el virus de la hepatitis C (VHC). El virus causa hepatitis aguda y crónica, su gravedad se manifiesta desde síntomas leves hasta cirrosis y cáncer hepático.
La enfermedad se trasmite a través de la sangre. A través de prácticas de inyección inseguras, transfusiones de sangre no analizadas, uso de drogas inyectables y prácticas sexuales que implican contacto con sangre.
La OMS advirtió que la mayoría de las personas no presentan síntomas durante las primeras semanas después de contraer la infección, y pueden pasar entre dos semanas y seis meses antes de que aparezcan. Sin embargo, los síntomas incluyen:
•Fiebre
•Cansancio extremo
•Pérdida del apetito
•Náuseas y vómitos
•Dolor abdominal
•Orina oscura
•Heces claras
•Dolor en las articulaciones
•Coloración amarillenta de piel y ojos
El diagnóstico se realiza en dos etapas. La primera es una prueba serológica para detectar anticuerpos contra el VHC. Si el resultado es positivo, se procede con una prueba de ARN del VHC para confirmar la infección crónica y evaluar la necesidad de tratamiento.
La organización señaló que existen tratamiento eficaces para la hepatitis C que buscan curar la enfermedad y prevenir daño hepático a largo plazo. Los antivíricos como el sofosbuvir y el daclatasvir son comúnmente utilizados.