La Unesco incluyó en su lista del patrimonio mundial unas antiguas minas de oro y plata de la isla japonesa de Sado y a la ciudad Umm el-Jimal de Jordania.
Se cree que las minas comenzaron a explotarse en el siglo XII y permanecieron en actividad hasta después de la Segunda Guerra Mundial.
Durante la colonización japonesa de la Península de Corea (1910-1945), miles de coreanos fueron obligados a trabajar en ellas por la fuerza.
Japón pidió la inclusión en la lista del patrimonio mundial por su larga historia y su legado de la época preindustrial, aunque Corea del Sur se opuso inicialmente a la propuesta y finalmente la aceptó.
Por otro lado, la antigua ciudad de Umm el-Jimal, en el norte de Jordania, importante centro para la agricultura y el comercio en la época romana, también fue inscrita en la lista.
Esto debido a que las construcciones más antiguas descubiertas en Umm el-Jimal datan del primer siglo de nuestra era, “cuando la región hacía parte del reino nabateo”.
Inscripciones en “griego, nabateo, safaítico, latín y árabe descubiertos en el sitio y que cubren varios siglos, muestran detalles de su historia y esclarecen los cambios en las creencias religiosas de sus habitantes”, subrayó la organización.
Este es el séptimo sitio histórico en Jordania en ser inscrito en la lista de la UNESCO, luego de Petra.