La mirada hacia la niñez de cada sujeto puede ser muy variada y Aguacuario es el nombre que recibe la óptica de José Eduardo Castilla, un joven poblano que hizo un cuento en donde refleja su etapa infantil mientras reflexiona sobre la niñez actual y su diversidad, gracias al impacto de su cinta.
“Sentí que se me iba la infancia”, contó a este medio durante una entrevista en el marco del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, luego de que su cinta fuera aplaudida.
“Nunca quise en realidad lograr nada con ella que no fuera el retratar mi infancia, el vivir en Coatzacoalcos y trabajar en una purificadora de agua”, continuó.
Aguacuario es el nombre de la cinta pero a la vez, es el nombre de la purificadora de agua en donde los personajes de esta cinta trabajan: un niño y un adulto joven, su hermano, quienes recorren las calles para vender garrafones de agua purificada.
“Me di cuenta que mi infancia estaba entre un triciclo y garrafones y la de mis primos también y la de muchas personas de mi familia. Tenía 17 años y sentía que estaba creciendo, que estaba cambiando mucho y entonces pensé en rendirle un homenaje a esto a través de mi historia en un guión, creí que era una manera de rescatarla”, dijo Castilla.
Pero eso no es todo, también admite que tiene un grado de añoranza en sus escenas, pues su cortometraje habla sobre romper la monotonía. La idea de que este personaje infantil que tiene que trabajar se junte con una niña que es libre, es como la idea de lo que él quisiera ser.
“Quizá no está tan bien que un niño tenga que trabajar, también necesita la diversión, el conocer a otras personas y no estar tan a cargo de responsabilidades tan grandes pero no todo está mal en ese sentido, pues él es el equilibrio entre la alienación del trabajo del adulto y la ligereza de la libertad de la otra niña, que le deja enseñanzas”, agregó José Eduardo.
EL IMPACTO EN LA NIÑEZ
Su ópera prima, le valió al cineasta el llegar a la Berlinale, en donde dice que reflexionó aún más el resultado.
“Llegar allá y proyectarla en una sala con niños que vieron el corto y que además preguntaron con una gran elocuencia. Me hizo darme cuenta en muchos sentidos que mi corto había tocado el tema de la diversidad sin darme cuenta.
“Las dudas de los pequeños giraban mucho en torno al porqué este niño tenía que trabajar en vez de jugar y les mostré en Berlín que existen diferentes contexto a los que ellos viven, pero además me di cuenta que debería haber una urgencia por tomarnos en serio a la audiencia infantil y mostrar temas que tengan cierto grado de madurez que les permita reflexionar y no solamente divertirse”, finalizó el cineasta José Eduardo Castilla.
Aguacuario tendrá presentaciones en otros festivales de cortometrajes y de cine en general, pero su creador asegura que al término de estas giras, lo colocará en YouTube para su fácil acceso, como fue la idea inicial tras su realización.