Tras el anuncio de la muerte de Ismail Haniyeh, líder de Hamás, en un bombardeo en Teherán atribuido a Israel, tanto el movimiento islamista palestino como Irán han prometido venganza, lo que intensifica el temor de la expansión del conflicto.
Un miembro de la oficina política de Hamás, Musa Abu Marzuk, aseguró que la muerte de Haniyeh “no quedará impune”.
El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, advirtió de un “severo castigo” para Israel y subrayó que Teherán tiene el “deber de buscar justicia” por el ataque.
El nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian, en un comunicado, aseguró que “los sionistas pronto enfrentarán las consecuencias de su acto terrorista y cobarde”.
Israel, por su parte, optó por no comentar sobre el ataque, que se produce tras un reciente bombardeo en el que perdió la vida el comandante militar de Hezbolá, Fuad Shukr.