Trabajo, protección, amor, salud y más seguridad son algunos de los favores que los feligreses de San Judas Tadeo le solicitaron ayer en el templo de San Hipólito, luego de que acudieron a venerar la reliquia del apóstol y primo de Jesús.
Fue durante las primeras horas de ayer que se realizó el traslado del relicario desde la Catedral metropolitana a la iglesia ubicada sobre Paseo de la Reforma y la calzada Tenochtitlán, ahí ya algunos fieles montaban guardia para ser los primeros en poder persignarse frente a ella.
Eulalia tiene más de 30 años acudiendo cada día 28 a este centro religioso, para ella este es un día más especial, pues puede estar cerca de quien fuera uno de los evangelizadores de la fe católica.
“Enfermé, muchos ya me daban por muerta, el cáncer me estaba invadiendo y avanzaba rápidamente, yo puse mi causa en sus manos y aquí estoy, mi fe es cada vez más grande porque sé que me ayudo con Dios”, señaló la mujer que cargaba una figura de bulto en sus manos llena de collares verdes y amarillos.
El reliquia estará todavía este viernes y partirá a su parroquia en Cuemanco, donde se quedará el sábado y domingo.