Decir en 2024 que las huelgas de 2007 en Taxco, Guerrero; Sombrerete, Zacatecas; y Cananea, Sonora, están en pie de lucha, es una gran mentira que sólo beneficia a un delincuente llamado Napoleón Gómez Urrutia, quien ha utilizado por años a los mineros para crear una cortina de humo y desviar la atención del verdadero trasfondo: el robo de mil millones de pesos, las extorsiones millonarias a las empresas, el intercambio de favores entre él y algunos empresarios, y su venganza personal hacia el concesionario de esas minas.

Son 17 años de puras mentiras, de someter a presiones forzadas a los mineros, de prometer lo que nunca va a cumplir, de ilusionar con supuestas liquidaciones millonarias. Son los dichos de un impostor que lo único que hace es abusar de la ingenuidad de unos y de la codicia de otros.

Ubiquemos en la realidad a Napillo y a los que todavía le siguen el juego. ¿Cuáles huelgas? La mina de Cananea mueve diario 800 mil toneladas de mineral; en Sombrerete, desde 2018, regresaron a laborar; y la mina de Taxco no está cerrada por la huelga, sino porque se agotó el mineral.

No se sabe qué está más desgastado, si el discurso de que 3 minas llevan 17 años en huelga o las lonas que pone Napillo en las secciones, disque para que lo vean. A estas alturas, podemos asegurar que las dos opciones están igual de jodidas.

La mayoría de los trabajadores abandonaron el supuesto movimiento; el hambre es canija, cosa que Napillo tampoco sabe, y optaron por ganarse la vida de otra manera. Cobran una liquidación que nada tiene que ver con 17 años de huelga, y es que, ¿a quién le reclaman?, ¿a una lona?

Esas huelgas no debieron existir, se iniciaron tras las órdenes de aprehensión que recaían sobre Napillo por robarse mil millones de pesos propiedad de los mineros. Ante el peligro de ir a parar a la cárcel huyó del país y pagó de las arcas del sindicato millones de dólares a abogados para interponer cualquier pretexto y alargar los paros en las tres minas.

El único responsable es Napillo, ya que como representante del Sindicato debió solicitar la imputabilidad de las huelgas, comprobar que las denuncias hechas estaban debidamente acreditadas, es decir, que fueran reales. Pero, ¿por qué no lo hizo? Porque sabía que las huelgas eran ilegales. Pero entonces, él debería dar la cara por las miles de denuncias que recaían en su contra por el millonario robo, así que las huelgas durarían el tiempo que él quisiera.

Napillo sólo convive con un selecto grupo de mineros, son operadores que se dedican a crear conflictos en otras minas para apoderarse de los contratos colectivos de trabajo y crear nuevas secciones. Por otro lado, adoctrinan a la base para que acepten entregar uno o dos días de salario al mes para el Comité Nacional, para la manutención de Napillo y su familia. Esto, a pesar de que este impostor acumula una fortuna ahora incalculable en millones de dólares.

Hoy, este impostor de minero se cuelga de 17 años de huelga, sigue utilizando a los compañeros y sigue sin darles la cara. Este ladroncillo de cuello blanco no se hace responsable de sus actos, así como tampoco acepta su responsabilidad y participación directa en el tope a las utilidades.

Napillo hoy se atreve a atentar incluso contra el Gobierno que le regaló inmunidad y le reclama que no han cerrado estas minas que hoy dan empleo a miles de mineros. Como dicen, cuando el perro es bravo, hasta a la familia muerde.

 

      @CarlosPavonC