El autor Nemesio Díez Arce presentó su más reciente libro, "Agua sucia", en el Centro Cultural Nelson Mandela.
Foto: Gabriela Esquivel. El autor Nemesio Díez Arce presentó su más reciente libro, "Agua sucia", en el Centro Cultural Nelson Mandela.  

Una de las grandes virtudes de la literatura es que, a partir de un préstamo, puede narrar una vivencia, lejana en el tiempo y/o el espacio pero intensa en función del impacto de sus o su protagonista.

Esto es lo que nos ofrece Nemesio Díez Arce autor del libro Agua Sucia, un conjunto de narraciones breves que tienen su piedra de toque en la inundación que sufrió la ciudad de Irapuato, Guanajuato, en 1973, y que cobró vidas, unas decenas según las primeras versiones, miles según documentos revelados años después.

A confesión de parte, relevo de prueba, reza uno de los mantras de los abogados para destacar cuando, su oponente en lo legal, le regala un movimiento y, quizá, la partida.

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Eso es lo que hace Díez Arce, confiesa, en la presentación del texto en el Centro Cultural Nelson Mandela de la Miguel Hidalgo, que las narraciones cortas de su volumen son ficción basada en memorias que no le pertenecen. Era apenas un crío de 8 años cuando las aguas de la presa El Conejo se colmaron y en su indomable urgencia de abrirse paso rompió el dique y anegó la mañana del sábado 18 de agosto la tranquila vida de esa localidad de El Bajío.

El texto de Díez Arce -cuya presentación en la Ciudad de México fue respaldada por el Gobierno del Estado de Guanajuato- estuvo colmada de la ambarina pátina de un tiempo ido y que ya no volverá: los años 70 de El Bajío mexicano.

En sus relatos se mezclan, según uno de sus comentaristas, la capacidad de “salvar el día” que tienen los hobbits de El Señor de los Anillos,
-hasta el más pequeño de los seres puede cambiar el curso de los acontecimientos, escribiría Tolkien en uno de sus 3 volúmenes- hasta referencias a C.S. Lewis, Greene, Vargas Llosa, o, como el propio autor lo hizo, a Gabriel García Márquez.

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Pero ¿de qué va Aguas Sucias? Son las historias de los habitantes más comunes de esa época en el Bajío: uniformados, panaderos, un sacerdote, el siempre juzgado exiliado republicano o el omnipresente sacerdote, arquetipo de los prelados que pastorean las cristianas almas de la zona, incluso, de una “madame” el rimbombante eufemismo para madrota.

Durante la presentación, tanto el autor, como su editora y los propios comentarista dejan entrever un halo melancólico que, por azares de las referencias literarias hacen pensar en una de las obras no tan referenciadas de Carlos Fuentes: Las buenas conciencias. Habrá que leer el volumen de marras.

El 16 de agosto de 1973 las intensas lluvias de esos días colmaron y desbordaron las presas de Santana de Conde, La Sardina y La Sandía también se desbordan; el agua se encamino hacia las presas de La Llave y la Gavia del municipio de Romita, las cuales no soportaron y cedieron, lo que provocó que el agua llegara a la presa El Conejo, la madrugada del 18 de agosto, y horas después, la tragedia que en 2023 cumplió 50 años.

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Nemesio Díez Arce nació en Irapuato en 1965. Estudió Ingeniería de Alimentos en el Tecnológico de Monterrey. Hizo estudios de posgrado en la Universidad Texas A&M y en la Universidad Iberoamericana de México. Trabajó durante treinta años en The Coca-Cola Company en México, Costa Rica y Estados Unidos. Hoy se dedica a la consultoría organizacional en temas de liderazgo y sostenibilidad, y es catedrático en la Universidad Anáhuac y en la Universidad Panamericana.

DG