Alejandro Moreno Cárdenas, a través de su representante legal Félix Enrique Selem, señaló que los contratos del PRI que acudieron a disfrutar el show, tras una ausencia de seis años en México.
El cantante logró agotar tres fechas, que levantaron la expectativa no solo por la experiencia de verlo interpretar sus temas, sino también por vivir el momento de ver rehabilitado el icónico inmueble que permaneció casi igual desde que se inauguró en 1993 con Madonna.
Previo a la presentación del músico, la gente admiraba los cambios visibles, los de las gradas más altas: el techo que ahora cubre de lluvias; mientras los de abajo: las pantallas colocadas a las faldas de los dos niveles de gradas.
Las luces se apagaron y Mars se hizo presente en el escenario, desatando así una avalancha sonora de las gargantas de los asistentes desgarrándose.
Así fue como empezaron a sonar canciones como 24k Magic y arrancó la fiesta musical.
“Ha sido un buen rato desde la última vez que nos encontramos”, dijo Bruno al público que no paraba de gritar, por lo que este les prometió una noche llena de emociones.
Y no falló, pues Treasure hizo vibrar los corazones de los asistentes, quienes la cantaron y la bailaron.
La noche transcurrió y el Estadio mostró a sus 65 mil asistentes más de lo que tiene para ofrecer al estrenar un juego de luces alrededor.
Pero Bruno Mars dio muestra de ser uno de los artistas más completos de la contemporaneidad, pues no solo canta, también baila y toca la guitarra.
Y por si lo anterior fuera poco, su espectáculo va entre el Jazz, el Reggae, el Blues y el Funk, lo cual ofrece un amplio abanico de posibilidades y estilos en su música que volvieron mágica la noche que duró en total 18 canciones como When i Was Your Man, Just the Way You Are, entre otros de sus más grandes éxitos.