El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se aceleró por quinto mes consecutivo en julio al ubicarse en 5.57% por presiones en los precios de alimentos frescos y la energía.
La inflación reportó un aumento de 1.05% respecto a junio, mientras el índice subyacente incrementó 0.32% a tasa mensual y 4.05% anual. El índice de precios no subyacente registró un alza de 3.29% mensual y de 10.36% anual.
La variación de las mercancías continuó cediendo; la de los servicios subió ligeramente, por educación y vivienda.
Para Bx+, la inflación desacelerará hacia el cierre de año, “pero el panorama todavía es incierto y recientemente se han agudizado los riesgos al alza”, estimó Alejandro Saldaña, economista en jefe del banco.
“Continuamos previendo que un menor crecimiento económico previsto para el segundo semestre del año contribuya a que se moderen algo más los precios”.
Explicó que no obstante, incorporando el repunte que ha experimentado la variable en el año y la latencia de riesgos al alza, decidimos elevar nuestro pronóstico para el cierre del año a 4.90% debido a la volatilidad del tipo de cambio, la presión sobre bienes importados y nuevos choques en el no subyacente (productos energéticos y agropecuarios) en un entorno de tensiones geopolíticas y eventos climáticos adversos, y que la acumulación de choques derive en efectos de segundo orden.
Gabriela Siller, directora de la Escuela de Negocios del Tec de Monterrey, explicó que las frutas y las verduras han subido de precio por razones que preocupan como la inseguridad pública que genera incertidumbre e incrementa los costos de los agricultores.
Explicó que otro factor que presiona el sector agroalimentario es la bacteria del dragón amarillo, que amenaza con expandirse y reducir la oferta de cítricos a nivel global y las posibles sanciones que pueda imponer el gobierno de Estados Unidos, tal como sucedió con el aguacate durante el mes de junio.
Comentó que a tasa mensual, las frutas y verduras con mayores incrementos en precios fueron el jitomate (+33.34%), cebolla (+25.08%) y la calabacita, que aumentó 22.76%.
Por su parte, los pecuarios con mayores incrementos en precios en julio fueron la carne de cerdo (+4.77%), el huevo (+3.67%) y las vísceras de res (+1.98%).
En cuanto a los energéticos, destaca que todos los genéricos mostraron incrementos en sus precios durante julio, como el gas doméstico LP (+6.70%), la electricidad (+2.10%), gas doméstico natural (+1.80%) y la gasolina Magna que aumentó (+1.14%).
En tanto Ramsé Gutiérrez, analista financiero de Franklin Templeton, consideró que la tendencia de la inflación ha cambiado, hay dos grandes diferencias respecto a las últimas dos olas inflacionarias.
Una, dijo, es la ausencia de choques externos como la recuperación global de la pandemia o la guerra de Ucrania. y dos la inflación subyacente (el aumento de precios de bienes y servicios más estables) está marcando una tendencia distinta, pues esta converge al 4%.
Abundó que si se confirma la debilidad del mercado laboral en Estados Unidos, la Fed también comenzará a bajar las tasas.
“Sin embargo, eventos de volatilidad provocados recientemente por el Banco Central Japonés (BoJ) podrían ser también un indicio de la volatilidad por venir”.
Además, anticipó que para el segundo semestre, México estará viendo reformas constitucionales, la definición del presupuesto 2025 y las elecciones de nuestro mayor socio comercial, Estados Unidos.