El Servicio Exterior Mexicano es una vergüenza mayúscula… gigantesca. Urge una purga y una limpia total en todas nuestras embajadas y consulados. Esa debería ser la prioridad del doctor Juan Ramón de la Fuente Ramírez apenas asuma la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), el próximo 1° de octubre. No es posible que embajadores y cónsules sean designados por cuates o cuotas. México está terriblemente rezagado en materia diplomática y eso se debe a que el Gobierno de la cuarta transformación, encabezado por el presidente López Obrador, convertido en agencia de colocaciones, decidió utilizar estas posiciones para darle chamba a sus amigos ninis o para premiar a gobernadores de la oposición que al grito de “coopelas o cuello” prefirieron entregarle la plaza a Morena.
Antes, ser cónsul o embajador era motivo de orgullo; ahora, simplemente da cringe.
Y para botón de muestra ahí tienen al barbaján Leopoldo Guadalupe Michel Díaz, quien cobra como cónsul adscrito en el consulado de México en Shanghai, República Popular de China y quien pese a sus estudios de maestría no es capaz siquiera de presentarse a trabajar vestido de manera apropiada y acorde a la investidura de su puesto. Como Pedro por su casa, este patán anda por su oficina en chanclas, con la ropa sudada y sucia y amputado de toda higiene posible. Y de su forma de comportarse con colegas, subordinados y superiores, mejor ni hablemos, pues con su léxico de carretonero se pinta de cuerpo entero: ofende, insulta, amenaza, intimida, calumnia…
¿Será que alguien nos pueda explicar por qué a la 4T no le interesa lo más mínimo la imagen que como país le proyectamos al mundo entero?, ¿en serio a los del Gobierno no les importa que videos como el de este fulano insalubre (de apariencia y de léxico) le den la vuelta al mundo en cuestión de minutos y que todos se queden con la impresión de que los mexicanos somos así?
¡Qué perra vergüenza!
Y el de este señor no es el único caso. De botepronto se me viene a la mente cuando a la dizque cónsul de México en Estambul, Turquía, Isabel Arvide Limón (cuyo grado máximo de estudios es apenas de bachillerato) le ventilaron grabaciones en donde de forma arrogante y peyorativa insulta, denuesta y amenaza a empleados del consulado mexicano en tierras turcas. ¿O qué tal cuando el presidente López Obrador a chaleco quería imponer a Jesusa Rodríguez como embajadora de México en Panamá? Afortunadamente, nuestros hermanos panameños se negaron a aceptar esta aberración diplomática.
En verdad es urgente que nuestro próximo canciller se ponga las pilas con respecto al Servicio Exterior Mexicano. Ya basta de hacer el ridículo a nivel internacional por culpa de estas sanguijuelas del erario. ¡Ya estuvo bueno que las plazas diplomáticas sean usadas como moneda de cambio o como premio de consolación a peones del régimen!
Y por cierto: ¿De qué sirve que la cancillería anuncie que se tomarán medidas disciplinarias contra el patán Michel Díaz? El daño ya está hecho. De nueva cuenta somos una burla mundial.
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