Centenares de fans de Taylor Swift se congregaron ayer en Viena, Austria, para consolarse de la cancelación de los tres conciertos que la superestrella estadounidense debía dar esta semana en la capital austríaca pero que no se harán por riesgo de atentado.
Los cantos resonaban en la calle Corneliusgasse, popular entre las swifties pues su nombre recuerda al tema, Cornelia Street, de Taylor.
La víspera, los fans recibieron la inesperada noticia de la anulación de tres conciertos de la cantante estadounidense, al tiempo que las autoridades anunciaron que habían frustrado un atentado suicida planeado por un islamista, sospechoso de querer provocar un baño de sangre en el interior del estadio.
“No me lo creía, y cuando comprendí que era verdad me sentí destrozada”, contó Veronika Dubkova, quien viajó desde República Checa; o Dilyara Joldasova de Kazajistán, quien aseguró que tenía “el corazón roto”.