¿Te interesa mejorar tu promedio salarial en el IMSS? Si tu respuesta es sí, esta información te interesa.
El Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) pone a disposición de sus afiliados diversas opciones para asegurarles una pensión digna al finalizar su vida laboral; entre ellas está la Modalidad 40.
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Este esquema podría ser útil para aquellos profesionales independientes, freelancers o extrabajadores del sector privado que por diversas razones ya no cotizan en el régimen obligatorio, pero desean conservar los derechos y beneficios acumulados y seguir aportando al IMSS de manera voluntaria para mejorar hasta 300% el monto de pensión.
Los requisitos
Para entrar a la modalidad 40 necesitas lo siguiente:
- Tener registro previo en el régimen obligatorio.
- Tener un mínimo de 52 semanas cotizadas en el IMSS.
- Original y copia de una identificación oficial vigente.
- Solicitud escrita y firmada de que deseas inscribirte en esta modalidad
También deberás contar con los siguientes documentos:
- Clave Única de Registro de Población (CURP)
- Número de Seguridad Social (NSS)
- Una dirección de correo electrónico
Es importante que te encuentres en condiciones de cubrir el pago de las cuotas que te serán asignadas para aportar y que no hayan pasado más de 5 años que se dejó de cotizar.
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El trámite
Para realizar el trámite de inscripción deberás acudir a tu oficina del IMSS más cercana con todos los documentos antes mencionados en donde tendrás que definir sobre que monto de salario deseas realizar tus aportaciones (el monto no podrá ser menor del último registrado en el régimen de obligatorio).
Una vez inscrito en la Modalidad 40 deberás realizar tus aportaciones basadas en el salario elegido, estas cuotas deberán hacerse en tiempo y forma de manera mensual para asegurar tu permanencia en el programa.
El monto sobre el que elegiste cotizar podrá ser modificado en caso de ser necesario, pero recuerda, nunca por debajo del último salario registrado.
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La Modalidad 40 del IMSS está recomendada para aquellos que ya no trabajan bajo un esquema de empleado y ya no cotizan en el Instituto, el panorama ideal para obtener el mayor beneficio es tener más de 60 años y más de dos mil semanas cotizadas al momento de la inscripción.
Si bien este régimen traerá muchos beneficios para el momento de tu retiro es importante que tomes en cuenta que estar en él no incluye otras prestaciones que otorga el IMSS a trabajadores activos como el servicio médico; al que sólo podrás acceder cuando llegue el momento de tu retiro.