¿Banksy reveló la clave del misterio? Como aparente conclusión de nueve días de intrigantes obras con figuras de animales en Londres, el artista urbano desveló ayer un graffiti en el zoológico de la capital de un gorila que libera a otros animales cautivos.
El famoso grafitero, cuya identidad es desconocida, generó numerosas especulaciones sobre sus intenciones al dar a conocer diariamente desde el 5 de agosto imágenes de animales en diferentes paredes de Londres, dado que sus obras suelen aparecer con varios meses de intervalo.
Como es habitual, Banksy reivindicó su obra en Instagram: un gorila levantando una lona pintada sobre una reja metálica en la entrada del zoológico de Londres.
De esa lona emergen aves y una foca que parecen escapar del parque zoológico, en el que viven más de 10 mil animales, mientras que varios pares de ojos brillan en la oscuridad.
Esta obra parece explicar el origen de los animales que se ven en las anteriores y, según la BBC, concluye la serie que comenzó con la aparición de una cabra en una fachada del barrio de Richmond, en el oeste de la capital.
Estas apariciones provocaron múltiples teorías sobre el mensaje del artista, comprometidas con causas como la defensa de los refugiados o el destino de los palestinos.
Para el periódico dominical The Observer, el objetivo era levantar el ánimo del público en un período en el que las noticias son sombrías.
Varias obras de Banksy se vendieron en subastas por millones de dólares. El jueves, unos hombres enmascarados fueron filmados apoderándose de una antena parabólica en la que el artista acababa de pintar un lobo aullando.
Unos obreros desmontaron el sábado entre abucheos el panel con el gato, explicando que fueron enviados debido al gran tráfico que generó la obra y que hacía temer que se produjeran accidentes.
El lunes, un rinoceronte recién reivindicado por Banksy, que parecía subirse a un coche abandonado, fue pintarrajeado por un hombre que llevaba un pasamontañas.
El propio Banksy ya destacó el carácter efímero de su obra al provocar de forma espectacular la autodestrucción en 2018 de una obra que acababa de venderse en una subasta por más de un millón de dólares.
Adelantándose a posibles incidentes, la administración de la City de Londres protegió una cabina de cristal utilizada por los agentes de tráfico, que el artista transformó el domingo en un acuario con pirañas.
El zoológico de Londres promete proteger la obra que apareció en su propiedad de forma todavía por determinar, indicó uno de sus responsables, Karl Penman.
Especialmente porque podría tratarse de la última de la serie animal. “¿Quién sabe? Si es el final, ¡entonces qué hermoso final!“, destaca. /AFP