Desde el inicio del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Fuerza Armada Permanente estableció tres cinturones antimigrantes en el país. Según el último reporte disponible se destinaron 34 mil 538 elementos para la contención, lo que para especialistas supone una estrategia para dificultar el avance a la frontera norte.
De acuerdo al Segundo Informe Semestral de la Fuerza Armada Permanente en Tareas de Seguridad Pública, el primero de estos cinturones está sobre la Línea Sabancuy, entre Campeche y Ciudad Hidalgo, Chiapas; el segundo sobre el virtual límite entre Tabasco y Arriaga, Chiapas; y el tercero sobre el Istmo de Tehuantepec, entre Salina Cruz, Oaxaca, y Coatzacoalcos, Veracruz.
De tal suerte que a lo largo de mil 500 kilómetros, las Fuerzas Armadas desplegaron, según los datos del Segundo Informe, entregado en febrero pasado al Senado, 34 mil 538 elementos de la Armada de México y policías estatales, sin especificar cuántas unidades de cada cuerpo.
El Gobierno indicó que, por instrucción presidencial, los “rescates humanitarios” comenzaron el 12 de junio de 2019, cuando el Ejército y la Fuerza Aérea Implementaron el Plan de Migración y Desarrollo de la Frontera Norte y Sur, “con el fin de coadyuvar con la Estrategia de Contención del Flujo Migratorio instrumentada por el Instituto Nacional de Migración”.
Para ello, el Ejército estableció dos centros de coordinación: el Centro Suchiate al mando del comandante de la 36ª Zona Militar en Tapachula, Chiapas, y el Centro Río Bravo al mando del comandante de la IV Región Militar en Monterrey, Nuevo León.
Esto con el objetivo de coordinar “las acciones operativas en las rutas en las rutas de internamiento Centro-Sur, Sur-Sureste, y Noroeste para la contención del flujo migratorio irregular”.
El Informe detalla que en las “tres líneas de contención” se desplegaron 236 “puestos de rescate humanitario” (sin dar detalles de sus funciones) divididos en 71 de la Guardia Nacional; 27 del Ejército; 25 de la Marina Armada, y 113 conformado por policías estatales de Chiapas, Tabasco, Veracruz y Campeche.
Siendo reforzados por 15 aeronaves de ala rotativa y 15 equipos de detección no intrusiva.
Semar
En el mismo documento se detalla que la Secretaría de Marina realiza “contención marítima” en el Istmo de Tehuantepec, así como “contención terrestre” en la zona del Istmo, además del despliegue de Fuerzas de Reacción en dos casetas y en tres carreteras de Veracruz.
Mientras que en Oaxaca realizaba recorridos en los municipios de Juchitán, Ixtepec, Tehuantepec, Salina Cruz, Unión Hidalgo y Chahuites.
Sobre estas acciones, el Gobierno indicó en el reporte que “las acciones para inhibir la migración ilegal se lleva a cabo de manera rigurosa, con estricto apego a los derechos humanos”.
Análisis
Para el doctor Fernando Jiménez Sánchez, profesor investigador en el Colegio de Jalisco, los cinturones de contención responden a la geografía del país, y mientras que existe un “truco del lenguaje” al referirse a las detenciones de migrantes.
“Tiene un truco, un fondo, el Estado interviene para ‘rescatarlos’ de las redes criminales (…) no es que los estén rescatando, es un juego de palabras para decir que no los están deteniendo”.
Sostuvo que la idea de estas barreras es dificultar el paso ilegal hacía la frontera con Estados Unidos, además de que responden a una política diferenciada de migración, de detenerlos antes de que lleguen al centro y norte del país con la intención de que no se vuelvan un problema.
“¿Qué se les hace? En esta primera instancia se les detiene y se les devuelve (…) en algunos casos hay este programa de estancias para que puedan estar libremente, pero en los estados del sur, no los del norte. Se les permite estar, no se les persigue, pero no se les permite continuar al norte”.